sábado, 6 de octubre de 2007

LA FOBIA ANTICASTELLANA DEL CATALÁN MODERNO


Ya se ha hablado en este blog que toda identidad (cultural, social o individual) se articula a partir de patrones de oposición, aunque también es cierto que estos patrones no son idénticos en grado, pues en algunos casos se eleva al referente negado a una consideración más exagerada que en otros. Es el caso de la lengua catalana moderna, sobre todo la de los últimos treinta años, que si por algo se define es por su oposición a toda influencia castellana. En este caso, interno al propio idioma, se llevaría hasta las últimas consecuencias lo que es un patrón político de claro corte soberanista y excluyente, sobre todo con todo lo que tiene que ver con la cultura castellana. Y este patrón está cada vez más vigente en la Cataluña actual.

En sus recientes memorias (Filologia catalana. Memòries d’un dissident, Destino 2007), el escritor catalán Xavier Pericay se refiere a la cuestión de lo que en filología se llaman ‘formas preferentes’, es decir, aquellos términos que, habiendo también otros que se refieren a la misma cosa, tienen preeminecia sobre éstos. Resulta que, sobre todo estas últimas décadas, en el catalán se han escogido las formas preferentes en base a su oposición al castellano, lo que no sucede cuando se trata de términos franceses o ingleses (ejemplo de este último caso: ‘handbol’ para referirse al balonmano). Por ejemplo, si nos encontramos con dos palabras como son ‘buscar’ y ‘cercar’ para referirnos a lo mismo, se ha escogido la segunda como preferente por su escaso parentesco con la forma castellana habitual. El caso es más grotesco si consideramos que, en muchas situaciones, la forma relegada era la que históricamente había sido más utilizada (esta situación se ha dado mucho en el dialecto mallorquín, por ejemplo, del que están siendo extirpadas expresiones tradicionales por mostrar un parentesco con la forma castellana). En este caso, ‘buscar’ estaba incluida en el diccionario de Pompeu Fabra, que reconocía la vigencia del término, pero eso no ha bastado para que sea casi eliminada. Está claro que en la definición del catalán moderno, las consideraciones estrictamente lingüísticas han sido relegadas en beneficio de otras, totalmente politizadas y de corte abiertamente anticastellano. Se partiría de una consideración fóbica de todo lo que tiene que ver con el castellano, que es, para un nacionalista catalán, algo que habría que extirpar y eliminar por sistema.

Pericay relata algún otro ejemplo interesante sobre esta cuestión, que tiene que ver con la irrupción en el idioma de los neologismos. Por ejemplo, ‘autocine’, que un buen día comenzó a aparecer en la prensa catalana (en el Avui, concretamente). Si en otras lenguas este tipo de irrupciones no suponen excesivos problemas, para el catalán moderno, totalmente politizado, sucede exactamente lo contrario, sobre todo si la palabra en cuestión es de origen castellano. En la esfera de los mandarines de la lengua catalana, al término en cuestión se lo trata como si fuera un virus o una bacteria. Cuenta Pericay (traduzco del catalán):

“El término entraba en observación (...). Se le cerraba el paso y se lo ponía en cuarentena, de la misma forma que hacen las policías de según qué países con los ciudadanos que quieren atravesar la frontera y no tienen los papeles en regla”.

La palabra se somete a estudio, de forma extraoficial por parte de la Sección Filológica del Instituto de Estudios Catalanes, tratando de buscarse una traducción catalana. En este caso no se encontró una palabra adecuada, y la solución al problema consistió en no volver a utilizar este neologismo. Resultado: los autocines desaparecieron de Cataluña, no así de otras regiones de España. Una prueba más de ingeniería social en la delirante Cataluña de nuestra época.

15 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

Cuelgo lo que me contestó Schelling en el Nickjournal:


[203] Escrito por: schelling - 6 de octubre de 2007 20:43

En Bélgica sucede algo parecido a la que cuenta Pericay. Al parecer, el neerlandés de los Países Bajos tiene muchos más préstamos del francés que el de Flandes, pese a la vecindad con los francófonos.

Y algo parecido está pasando con el (serbo-)croata, sometido a ingeniería lingüística en la Croacia independiente para convertirlo en una lengua lo más alejada posible de lo que hablan los serbios.

Anónimo dijo...

Qué sentido tiene luego quejarse de que la gente cuando habla en castellano dice futbol, internet, estrés, míting, etc, pudiendo utilizar sus equivalentes en castellano?

Claro que hay que buscar equivalentes cuando se habla en una lengua, si se hubiesen puesto las pilas los de la academia española ahora no estaríamos todo el día hablando como en spanglish, no te joe...

(y no voy a hablar de la gran cantidad de títulos de películas que ni se traducen, no sea que se enfade el Tío Sam...)

Johannes A. von Horrach dijo...

Buenas noches, Renton, bienvenido al subsuelo.

A mí me parece muy bien que en castellano se utilicen las palabras que usted cita. Un idioma no es algo puro, sagrado, sino una herramienta de comunicación, y por ello es maleable y variable. Además, tampoco es sujeto de derecho, con lo que no tiene derechos como si fuera un individuo. Los derechos son para sus usuarios, no para la lengua. Lo contrario de lo que pretenden los nacionalistas.

saludos

Anónimo dijo...

No exactamente, pero al menos usted no reboza sus argumentos de insultos y esputos varios...

Un saludete, hacía mucho que no me pasaba por aquí, hay que ver qué cambio de look!

:]

(sip, lo de look ha sido intencionado, jeje!)

Johannes A. von Horrach dijo...

¿Cambio de look? Imagino que se refiere al tema del nacionalismo en esta entrada, que no era habitual. Pero tampoco es un cambio tan grande, pues mi punto de vista sobre el tema (los nacionalismos) es una prolongación de mi perspectiva sobre otros temas.

En algunos foros en los que me he metido sí que se me ha calentado la boca, pero prefiero evitar los baños de sangre, que lo mejor que hay para criticar es afinar los argumentos (o al menos intentarlo).

león herbívoro dijo...

Sin que esto suene mal pregunto a vos-otros que están por ahí si les parece el catalán un bello idioma...

Puede sonar mal, y no espero encontrar malos tratos por ello pero a mí ese idioma no me gusta mucho al oirlo... el italiano, el frances el portugues, el gallego y el español me parecen bellisimos... pero eso no me ocurre con el catalan...

Será que no lo sé escuchar??

Sé que no es el objeto del post, pero siempre que encuentro a algún español le pregunto... tengo un primo catalan y no paro de torturarlo con ello...

Y otra cuestión: quien es el jugador que está parado en la foto??

Johannes A. von Horrach dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Johannes A. von Horrach dijo...

Bienvenido al subsuelo, Thomas.

Pues no sabría qué decirle, la verdad, para para estas cuestiones sigo un criterio muy voluble. Hace años me entusiasmaba escuchar hablar en francés y en castellano argentino, pero estos últimos tiempos me resultan idiomas muy cargantes. No es tanto por el idioma en sí, sino más por el acento, por cierta sonoridad que muchas veces depende del usuario concreto. Por contra, cada vez me gusta más escuchar hablar en alemán y en hebreo, que antes me parecían algo más bastos. También en coreano, que suena más sutil en su sonoridad que el japonés o el chino (o eso me parece).

Sobre el catalán, pues creo que depende tamgbién de quien lo hable o de según qué dialectos. A mí no me entusiasma precisamente, aunque tampoco me molesta (yo lo hablo), que ni de lejos pienso lo mismo que decía un bisabuelo mío (navarro), que cuando oía a sus hijas o a su mujer hablar en catalán (en este caso, menorquín de Mahón) decía que "ladraban"...

saludos

Johannes A. von Horrach dijo...

¡Coño, Tomás, que no le había reconocido!, jajajaj. Abrazos.

Johannes A. von Horrach dijo...

ahh, que se me olvidaba la foto: debe ser el ya ex-madridista Roberto Carlos. Recuerdo que a este fabuloso lateral izquierdo le abrieron la cabeza en la Camp Nou de un mecherazo. Creo que fue el año que a Laudrup le dedicaron simpáticas pancartas como esta: "Laudrup, muérete". Y años antes de que a Figo casi lo lapidaran en pleno cesped.

león herbívoro dijo...

je je, cuidado, tengo el vicio de cambiarme el nik permanentemente...

Suguro, estoy totalmente deacuerdo contigo.

Pero te preguntaba por el catalán por toda esta cuestión que genera tantos conflictos en algunos sectores por la tensión España-autonomías. Cuando estuve en Barcelona la última vez viví en casa de unos catalanistas que me dejaron boquiabierto y desconcertado. Catalanistas valencianos.

Pero bueno, ya postearás algún día alguna cosa sobre eso.

Saludox.

Johannes A. von Horrach dijo...

Hola Tomás.

Imagino que los catalanistas a los que te refieres te dejaron boquiabierto por lo bestias que eran, ¿no? Lo que me molesta más de todo el problema que hay en España con los nacionalistas vascos y catalanes es que sus regiones son de las más ricas y desarrolladas de Europa, y de las que respecto al gobierno central de España tienen más independencia. ¡Y encima se quejan! Bueno, en el fondo están inmersos en una tendencia muy propia de nuestros días, en la que suelen ser los ricos los que más protestan y caen en el victimismo.

saludos

JH dijo...

Leo con atención tanto tu entrada como los comentarios. Estoy de acuerdo con lo que dices, en gran parte, pero creo que los matices son fundamentales: los males que achacas al nacionalismo catalán y a su paranoia delirante están, estuvieron o estarán presentes en toda forma de nacionalismo identitario. No hay que olvidar la historia: el siglo XX es un mapa exahustivo de los males de lo identitario. Tambien del nacionaismo español, que se inventó mucho antes que el catalán , sembrando odio e imponiendo una visión distorsionada, irreal y indiferenciada de nuestro país. Conozco muy bien que se pone en juego en la dinámica nacionalista catalana y además de lo que comentas, hay otro factor no menos inquietante y desolador: la sociedad civil no hacr absolutamente nada por romper el circulo vicioso de la pobreza univoca de lo identitario...

Un abrazo

Johannes A. von Horrach dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Spazio, en eso que dices del nacionalismo español (aunque un catalanista te discutiría eso de que el nacionalismo castellano es anterior al suyo). El problema es cuando se critica al nacionalismo catalán desde otro nacionalismo, pues la crítica, objetivamente, se deshace, y todo se limita a un enfrentamiento de dobles, que proyectan el uno en el otro su identidad, es decir, su falta de diferencia (cuando se supone que viven de la diferencia con ese otro del que son, en realidad, indistinguibles).

Ahora bien, también es cierto que el catalanismo abusa en muchas ocasiones de esa acusación de 'si yo soy nacionalista, tú más'. Hoy en día, a cualquier crítica a sus postulados la califican, automáticamente, de 'españolismo'. Construir una crítica alrededor de ciertos principios de la Constitución (que no son precisamente la expresión de un nacionalismo españolista, al contrario) no puede ser tildado simplemente de 'españolismo'. Nacionalismo era el 'Una, grande y libre' del franquismo, y con eso hay mucha diferencia.

saludos y gracias por tu comentario

Anónimo dijo...

"Constitución española. Artículo 3.
1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. TODOS los españoles tienen el DEBER de conocerla y el derecho a usarla.
2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las RESPECTIVAS Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.
3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio CULTURAL que será objeto de especial respeto y protección."

Por tanto, digo yo que hay alguna asimetría en la legislación española sobre lenguas, ¿no?
Castellano > para todos.
Catalán > patrimonio cultural para los respectivos.

A mi me la sudan los proyectos de normalización lingüística; si el catalán no se habla en las calles de Ciutat, tampoco se hablarápor proyectos gubernamentales de normalización. Ahora bien, esto de que el nacionalismo catalán, por ejemplo, prefiera "hàndbol" a "balonmano" tiene un razonamiento muy senzillo: el deporte es importado de países anglosajones; por tanto, el término también; el yacht, también, por eso se tradujo por "iot" en catalán. I respecto a las palabras "buscar" y "cercar", se usan en diferentes situaciones. Mientras "cercar" se usa, por ejemplo, cuando se dice "ves a cercar en Miquelet", o "cerca'm aquest llibre"; buscar se utiliza, por ejemplo, cuando dices a un perro "busca, busca!", o en la expresión "aquest és un busca-raons", vinculada en su significado a la de perro. Claro que el catalán importa más palabras del inglés que del castellano. Es normal. El idioma en boga, en el que se crean la inmensa mayoría de nuevos términos, es el inglés. Los inventos, descubrimientos, modas, provienen de países anglosajones. Por tanto, se adaptan sus palabras. De Castilla también vienen modas, pero no incorporarán demasiados neologismos al catalán desde el castellano, ya que fácilmente se pueden traducir las expresiones al catalan; no así si provienen del inglés -o del chino-, casos en los cuales se ve más a simple vista la adaptación que ha hecho el IEC.

Salut.

Related Posts with Thumbnails