lunes, 31 de marzo de 2008

EL CALVARIO DE LOS PADRES DIVORCIADOS


Cuánto más conozco sobre casos de divorcios más asombrado me quedo. Después de años de omertá, se nota que la triste situación del colectivo de padres separados empieza a tener cierto eco en nuestra sociedad, pues cada vez se publican en prensa más reportajes sobre sus desventuras. Este domingo, el Diario de Mallorca publicaba un reportaje estremecedor. En él tres padres divorciados, muy perjudicados por las actuales leyes y por la actitud de sus ex-mujeres, cuentan su historia personal. Tres relatos de terror, en suma. Cuesta creer que se deje caer en el abismo a miles de personas cuyo único crimen es el de ser un hombre divorciado. Ya me referí en este blog a padecimientos similares (la ley de maltrato) hace unas semanas, y este reportaje da una imagen más amplia de la situación. Si tienen un rato, échenle un vistazo a la noticia, que no tiene desperdicio. Lovecraft y Poe mezclado con un poco de free cinema.

En un recuadro de la noticia (que no aparece en la web del periódico) la responsable de la comisión de Familia del Colegio de Abogados, Regina Vallés, pone el dedo en la llaga de la ley del maltrato doméstico: "se ha criminalizado la discusión en el matrimonio". Explica luego cómo en muchas ocasiones se acusa a ex-maridos de agresiones verbales (que, no lo olviden, en el caso del hombre suponen delito, mientras que en el de la mujer sólo se considera falta) con el fin de imposibilitar, entre otras cosas, la custodia compartida. En esos casos el padre ya no puede ir al (ex-)hogar familiar por culpa de la ley de alejamiento. Dice Vallés: "he visto casos de recoger y dejar a unos niños en una comisaría de Policía". Aspectos de la famosa ley que tenía que acabar con la violencia doméstica y que probablemente haya multiplicado los conflictos.

Pero lo peor de la noticia tiene que ver con el Lobby de Dones ('dones' es 'mujeres' en catalán), una asociación feminista local que, como se lee en otro recuadro de la noticia (tampoco incluido en la web del DM), acusan a estos padres divorciados de ser unos 'resentidos' y, ojo al dato, de estar "más preocupados por su situación personal que por ejercer responsablemente la paternidad" (Esperanza Bosch). Es decir, que estos padres no son más que unos egoístas que tienen la increíble osadía de no querer vivir debajo de un puente. Pero la retórica ultra-agresiva del Lobby (para que luego acusen a otros de resentimiento...) no se queda ahí, hay más todavía. Tras acusar a los padres divorciados de 'justificar' casos de violencia contra las mujeres, dejan una máxima para el mármol de la historia: "un hombre que quiere a sus hijos no pleitea con su madre" (Francisca Mas). ¡Caray! Al parecer, lo que hay que hacer para ser legales es imponer, cueste lo que cueste, la voluntad de la madre. Y el padre que ni siquiera proteste si no quiere ser acusado de maltratador, machista-leninista o miserable falocéntrico.

domingo, 23 de marzo de 2008

ARTHUR SCHNITZLER Y LA VIENA IMPERIAL


Suele decirse, con mucha razón, que sobre tres ciudades se ha edificado simbólicamente la civilización occidental. Estas ciudades son, por orden de vigencia histórica: Atenas, Jerusalén y Roma. A la primera debemos la filosofía, a la segunda el judeocristianismo, mientras que a la última el derecho romano. A veces pecan de injustas estas reducciones, pero creo que en este caso se adapta bastante a la realidad. Sin embargo, a estas grandes ciudades-proyectos yo añadiría una cuarta, cuya época de vigencia nos es más cercana: la Viena del Imperio Austro-Húngaro, también llamada ‘Viena de la belle époque’, de ‘Fin-de-Siècle’ o simplemente ‘de los Habsburgo’. En esta ciudad, sobre todo en el período comprendido entre, más o menos, la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, se llevó a cabo, en una pluralidad de ámbitos, una de las más creativas experiencias de la historia, las cuales han caracterizado, en buena medida, la contemporaneidad de los siglos XX y XXI. Podríamos decir, sin exagerar, que en Viena se encuentran gran parte de las raíces de nuestra modernidad. Una serie de hombres geniales emergieron en este contexto para poner en marcha proyectos, ideas y obras que, como ya digo, han dejado una huella profunda en la historia. Viena es un símbolo poderosísimo que alberga aquello que nos caracteriza como modernos, al tiempo que abre posibilidades todavía en juego. Es un ‘inicio’ (en el sentido heideggeriano) civilizatorio, humano, cultural, metafísico. Da origen a algo en lo que nos encontramos inmersos y que nos caracteriza profundamente...

(artículo completo en KILIEDRO)

miércoles, 19 de marzo de 2008

VOCABULARIO: 12. ANACICLOSIS


LA ANACICLOSIS ESPAÑOLA


La anaciclosis es un término griego que se conoce, básicamente, gracias a la obra de Polibio, historiador griego en la época en la que Roma ya ejercía su dominio más allá de la península itálica. La anaciclosis implica una tesis sobre los ciclos políticos, basado en la decadencia imparable de todo sistema. En la República de Platón ya podemos encontrar ideas del mismo estilo, y autores más cercanos a nosotros, como Rousseau, fueron influidos por esta concepción de la dinámica política. En el libro VI de su obra Historia universal, Polibio considera que la esfera política se desarrolla de forma análoga a un proceso biológico, cuya dinámica podría consistir en cuatro fases progresivas: origen, crecimiento, culminación y declive o desaparición.


Según esta concepción, todo régimen político tiende, por naturaleza, a degenerar. Esta ley implica a cualquier tipo de régimen, por bueno que sea: de la realeza surge la tiranía, de la aristocracia la oligarquía, mientras que la democracia degeneraría en demagogia populista. La única manera de controlar en cierta forma este proceso (la dinámica decadente nunca puede detenerse completamente), según Polibio, consistiría en organizar un régimen de tipo mixto, que permita una cierta armonía en la estructura política. En cierta forma, se trataría de llevar a cabo una efectiva separación de poderes.

Las cosas reales, los entes, por su propia naturaleza contingente, están sometidas al cambio, y por eso mismo decaen. Como escribe Polibio en el contexto de los entes políticos, “las constituciones perecen por dos procesos, uno inherente y otro ajeno a ellas (...). El inherente es un proceso regular”, sometido a la citada lógica de las cuatro fases de la anaciclosis.

Todo punto álgido genera una dinámica que se le opone. Por ejemplo: llegar a alcanzar un nivel de vida confortable provoca que afloren defectos tales como la pereza, la desidia, la soberbia, el despilfarro, etc. Y a la inversa, hundirse ya implica que se articule aquello que lo contradice y lleva a su contrario: valentía, sacrificio, constancia, etc.

Después de las elecciones españolas del 9-M podemos decir que hay dos partidos de ámbito nacional que han iniciado ciclos políticos de signo y orientación muy distinta. Uno de ellos es UPyD, partido de nacimiento reciente, que de la nada ha pasado a obtener 300.000 votos con sólo seis meses de vida. La dinámica de este partido, a medio plazo, parece claramente ascendente, y, si aprende de los errores de Ciutadans, el momento de su declive queda todavía muy lejos. En estos momentos se encontraría en plena fase dos (la de crecimiento) de la anaciclosis de Polibio.

Por el contrario, quien se encuentra inmerso en un ciclo claramente negativo es Izquierda Unida, que en estas elecciones se ha situado al borde de la desaparición. IU ha pasado, en poco más de 10 años, de tener 21 escaños (y más de dos millones y medio de votos) en las elecciones de 1996, cuando era dirigido por Julio Anguita, a quedarse con los 2 tristes escaños actuales. Nada menos que ¡19 escaños! (¡y 1’7 millones de votos!) se han perdido por el camino, siendo el PSOE el principal beneficiado de este desangramiento progresivo de los comunistas. Resulta curiosísima la lógica de este derrumbe. Creo que las causas, entre otras, podrían ser dos. La primera nos dice que IU ha sucumbido al trabajo que en su contra ha llevado a cabo el PSOE y sus satélites mediáticos desde 1996. Recordemos el trato tremendamente negativo que daban a Anguita medios de comunicación como, por ejemplo, El País, que contrasta con la mayor amabilidad con la que ha sido tratada la figura de Gaspar Llamazares. Observar el sorprendente y rápido tránsito de personas que estaban en las filas de IU cuando éste era un partido fuerte y con influencia, como es el caso de Diego López Garrido, da algo que pensar. Recordemos que López Garrido, feroz opositor de Anguita, cambió de bando uniéndose al PSOE (junto a personas como Cristina Almeida), donde ha prosperado rápidamente hasta el punto de ser recompensado con la portavocía de este partido en el Congreso.

La otra causa relacionada con el declive de IU podría tener que ver con cierto acomodo de sus dirigentes a un rol de comparsa (de llamada ‘voz crítica’) del PSOE. Esto ya se evidenció en las elecciones del año 2004, cuyo resultado fue negativo para IU (pasó de 8 diputados a 5). La pérdida de escaños se consideró algo secundario; lo principal y más importante era que el ‘infame’ PP había dejado de gobernar. Ese odio al PP es lo que, aunque de forma indirecta, está acabando totalmente con IU. Con Anguita en la dirección, IU, que hacía oposición frente al PSOE gobernante de Felipe González, se convirtió en una fuerza política poderosa e influyente. Pero ahora, con Llamazares, cuando la labor opositora se ha llevado a cabo no contra el gobierno de Zapatero sino contra la oposición de Rajoy, se ha desmoronado hasta casi la desaparición. Es como si, en cierta forma, IU hubiera trabajado más para el PSOE que para sí mismo. El odio que siente por el PP ha podido más que sus legítimos intereses como partido político independiente.

Ahora Llamazares ha anunciado que se va (como coordinador general). Pero no del todo (mantendrá su escaño toda la legislatura). Todavía tiene que acabar el trabajo que inició en el año 2000. Lo que ahora me pregunto es: ¿seguirá después el mismo camino de López Garrido? ¿Será homenajeado, tal y como se merece, como el mejor político con el que ha contado el PSOE en esta última década?

(artículo publicado en el Nickjournal)

jueves, 13 de marzo de 2008

LA VIENA DE... ADOLF LOOS

El mes pasado tenía que haber salido el nuevo número de la revista Kiliedro. Por una serie de dificultades, la edición se ha pospuesto, seguramente para este mes de marzo. Como disección escribí algo dedicado a la Viena de fin de siglo, ciudad-época que puede considerarse como el origen de la modernidad que nos ha tocado vivir, un xaós en el sentido griego de abertura y brecha, a partir del cual toda una serie de manifestaciones culturales nos han permitido acceder a lugares esenciales de nuestra condición. Parece algo pomposa la definición, pero creo que se ajusta a la realidad. Viena creó una mentalidad, nos señaló una dirección, un camino en el cual nos hallamos todavía inmersos. De todos los artistas que se desenvolvieron en este lugar y en esta época en la disección prioricé, por diversos motivos que no vienen al caso, al escritor Arthur Schnitzler, autor del libro Traumnovelle, que dio origen a la película póstuma de Stanley Kubrick, Eyes wide shut. La idea era que, una vez publicado el nuevo número de Kiliedro, yo iría colgando en este blog entradas dedicadas a Viena, pero personificando esta ciudad en un creador diferente en cada ocasión. Como la edición de la revista se ha retrasado, comenzaré hoy con esta serie que ya veremos hasta dónde me llevará. Comenzaremos, dado que tratamos de la Viena de las apariencias, un teatro en el que todo el mundo representaba su papel, con el escenario de las intrigas: la arquitectura.

Adolf Loos (1870-1933) fue un arquitecto curioso, muy particular en su concepción de su disciplina, y que trabajó bastante poco pero escribió mucho (no sólo de arquitectura). Para empezar, y en contra del primer mandamiento de la Viena de la belle èpoque que consideraba a lo estético por encima de todo, Loos defendía que la arquitectura no es un arte, pues su finalidad principal no consiste en agradar al espíritu, sino en cumplir unas funciones prácticas, en estar al servicio de una utilidad humana, de un habitar (en sentido heideggeriano). Como Bresson en el cine, la obsesión de Loos es el despojamiento, la eliminación de lo decorativo, de aquello que no es necesario. Todo debe ser pulido y arrancado hasta descubrir la médula, dejando los adornos para el fuego depurador. El verdadero creador no añade, sino que depura. En el fondo, se trata de una idea general sobre la transformación de lo existente, que tiene elementos en común con paisanos suyos como Karl Kraus o Ludwig Wittgenstein.

En obras como su Villa Karma (que está en Montreux, no en Viena) se representa toda su concepción de la arquitectura, basada en una simplicidad opaca en lo externo, contrapuesta a una interioridad más desarrollada. "La casa no debe decir nada al exterior; toda su riqueza debe manifestarse en el interior". Construir de dentro hacia afuera, ésa es la clave; no buscar el brillo vacuo, sino el desarrollo progresivo de una interioridad pulida y esencial. El interior sería el espacio de lo auténtico, el eje gravitacional separado de las formas exteriores, símbolos de la sociedad estructurada a base de patrones y formas huecas, sujetas a convención. El adorno, en este sentido, fetichiza los objetos y, con ello, desvía del camino hacia el centro y nos lanza sobre la mentira, múltiple y exterior. "El adorno es un delito (...). La evolución cultural equivale a la eliminación del ornamento del objeto de uso".

Loos odiaba la superstición de la novedad, la dictadura de las modas que no es otra cosa que decadencia y espíritu muerto: "No debemos pensar en la forma. La mejor forma existe ya siempre y nadie tendría que temer emplearla (...). ¡Basta de genios de la originalidad! ¡Repitámonos hasta el infinito! (...) La verdad, aunque tenga miles de años, se compenetra mejor con nosotros que la mentira que camina a nuestro lado".

La tumba bajo la que se esconde el cuerpo de Loos fue diseñada de acuerdo a un diseño del propio Loos.

(imágenes: exterior e interiores de la Villa Karma)

sábado, 1 de marzo de 2008

JUAN CARLOS ONETTI


Todavía no he leído nada del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti. Tampoco sabía mucho sobre él, hasta que hace unas semanas vi esta histórica entrevista de TVE, que me ha provocado una gran curiosidad sobre este narrador. Varias personas también me lo han recomendado últimamente, así que ahora, que he finalizado mi comunicación para el I Congreso Internacional de Filosofía Griega (Palma, abril), me he decidido a iniciar su lectura. Comenzaré con su obra El pozo (1939), considerada la primera de sus novelas.

Aquí hay otro video curioso de Onetti.

Les dejo con una reflexión de Onetti que descubrí gracias a una de aquellas personas que me lo han recomendado:

Desde muchos años atrás yo había sabido que era necesario meter en la misma bolsa a los católicos, los freudianos, los marxistas y los patriotas. Quiero decir: a cualquiera que tuviese fe, no importa en qué cosa; a cualquiera que opine, sepa o actúe repitiendo pensamientos aprendidos o heredados. Un hombre con fe es más peligroso que una bestia con hambre” (Dejemos hablar al viento).

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