viernes, 29 de agosto de 2008

MESTALLA: EL TEMPLO DEL DOLOR


[El amigo Viejo Casale, histórico nick del Nickjournal, me ha invitado a participar en un blog, Últimes vesprades a Mestalla, en el que una serie de seguidores del Valencia CF despiden al estadio (que también fue conocido como Luis Casanova), que al final de esta temporada será derruido. Dado que el Real Mallorca es el primer equipo que visita el estadio en esta temporada que mañana se abre, me toca contar mis impresiones sobre Mestalla]

Después de casi toda mi vida (30 años) como hincha acérrimo y obsesivo, ahora vivo retirado del fútbol. Lo llevo bien, gracias, al menos por el momento. Pero, a pesar de mi retirada, no puedo olvidar mi pasado mallorquinista y 'barralet'. Y en ese pasado las visitas de mi equipo al estadio de Mestalla ocupan un lugar especial, por doloroso.

Los aficionados a la selección de rugby de Sudáfrica conocen al estadio neozelandés de Carisbrook (Dunedin) como 'La casa del dolor' (The house of pain), pues en ese recinto no han podido ganar los Springboks desde hace 80 años (racha que se rompió, precisamente, este pasado 12 de julio. La última victoria sudafricana en Carisbrook data del lejanísimo 1928). Para mí y para el mallorquinismo al completo Mestalla ha significado lo mismo que Carisbrook para los Springboks: un templo del dolor en el cual las ambiciones rojinegras eran minuciosamente desarboladas y trituradas...

(texto completo AQUÍ)

miércoles, 27 de agosto de 2008

DOS TAZAS DE F. HARDY


Disculpen la pesadez, pero insistiré sólo una vez más con la divina Françoise (video de Voilà arriba). Hoy en el NICKJOURNAL. Están todos invitados.

lunes, 25 de agosto de 2008

MÚSICA DEL SUBSUELO (10). FRANÇOISE HARDY


No sé si esto será música del subsuelo, pero al menos es música que yo escuchaba en una de mis peores etapas subsuelíticas, hace años. Imagino que atemperaba en cierta forma la oscuridad reinante en ese momento. A parte de eso, creo que la divina Françoise Hardy merece ocupar un puesto de honor en mi lista de hits musicales. Muchos ya no la recuerdan (eso si han llegado a conocerla, que mi generación a veces parece no tener pasado más allá del último lustro), pero no es el caso de este subsuelo, que al menos es agradecido con sus referencias e influencias.

Hay gente que se extraña de que me guste música tan oscura como la de Throbbing Gristle, Swans o Bauhaus, y a la vez otra más angelical como la de Roy Orbison o los Platters. No tengo explicación para ello, sólo que, como hombre del subsuelo que soy, la 'contradicción andante' de Travis Bickle no me es ajena. Muestras ya he ofrecido en este blog del primer tipo de música, pero en cambio no ha sucedido lo mismo con el segundo, y cositas tan delicadas como esta joya de la gran Françoise Hardy, cantante y mujer a la que adoré durante mucho tiempo, creo que son necesarias y rememorables. De la Hardy me fascinaba todo: su voz, su belleza, su seriedad, su porte despegado y elegante. He aquí una muestra de su estilo, en este maravilloso video de su descomunal La maison où j’ai grandi (AQUÍ otra versión de la misma pieza. Bueno, es la misma versión pero con diferentes imágenes). La pieza, que adaptaba Il ragazzo de la via Gluck de Adriano Celentano, comienza con una lírica exposición (guitarra-voz) a la que se van sumando elementos, en una arrebatadora progresión que finaliza con hermosa intensidad.

Otras canciones que la hicieran famosa pueden ser Va pas prendre un tambour, Voilà, Si c'est ça, Je veux qui’l revienne, Il est de choses, L'amitié, Jeanne (más reciente, con Air), Le temps de l'amour o la mítica Tout les garçons et les filles. Todas recordables, de una época musical (y vital) que particularmente aprecio bastante, con cantantes como Jacques Dutronc (que estuvo casado con la Hardy, qué envidia), el gran Serge Gainsbourg, la angelical France Gall, Gilbert Bécaud, Sylvie Vartan y muchos otros. De esa época, sobre todo vinculado a la Hardy, sólo quedan imitadores oportunistas (la más evidente y famosa, Carla Bruni), pero al menos tenemos imágenes y sonidos que nos ofrecen el objeto inspirador de dichos ejercicios miméticos. La única Françoise.

PD: Le temps des souvenir.

viernes, 22 de agosto de 2008

SADOMASOQUISMO


"La idea de que el sadomasoquismo está relacionado con una violencia profunda, de que su práctica es una forma de liberar esa violencia, esa agresión, es estúpida (...). Lo que hace esa gente es inventar nuevas posibilidades de placer con partes extrañas de su cuerpo, a través de la erotización del cuerpo (...). El juego del sadomasoquismo es muy interesante porque es una relación estratégica, porque siempre es fluido. Existen papeles, por supuesto, pero cada uno sabe bien que pueden invertirse. A veces la escena comienza con el amo y el esclavo, y al final el esclavo se ha convertido en amo".

Michel Foucault

(imagen: Lunas de hiel, de Polanski)

domingo, 17 de agosto de 2008

MÚSICA DEL SUBSUELO (9). BITCHES BREW


El jazz nunca me llamó demasiado la atención hasta que un día, creo que en el año 1997 (o 1998), volviendo a casa desde la UIB, escuché esta pieza de Miles Davis. Acababa de bajar del autobús y me iba caminando hacia mi cueva, mientras escuchaba el inicio del gran programa Ambigú (el de Diego Manrique, en Radio 3). Eran las 15 horas en punto. Tras la cortinilla sonora del inicio, Manrique daba paso a un disco revolucionario del jazzista Miles Davis: era su Bitches brew (1969), en el que Davis profundizaba en la electrificación del jazz, dándole a éste unos aires más cercanos al rock. La pieza que oí era la que daba título al disco (Manrique puso después Miles runs the voodo down). El inicio fue conmocionante. El aire de la música, entre espectral y sinuoso, era en verdad plenamente subsuelítico (en esa época servidor atravesaba una de sus peores etapas en el subsuelo). La trompeta sonaba como en el interior de una cripta. El acompañamiento no podía ser más oscuro y tétrico. Tardabas algunos minutos en identificar una línea estructural en ese música, algo a lo que pudieras agarrarte, perdido como estabas en esa marea alucinógena de sonidos. Los sonidos crepitaban, aullaban, en plena ordalía infernal. Y llegaba a mí con esa sensación de estar descubriendo algo que, sin saberlo, estabas esperando.

Bitches brew
me llevó al resto de la obra de Davis, y ésta a su vez me condujo a mi jazzista favorito: John Coltrane. También descubrí a partir de ahí a Thelonius Monk, Charles Mingus, Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Ornette Coleman, etc. Pero Bitches brew fue mi bautismo en el jazz (un jazz un poco particular, que es el que me gusta, pero jazz al fin y al cabo).

(Las versiones en directo que hay del Bitches brew no llegan a la altura de la grabación del disco. En esa época el jazz de Davis trató de utilizar al máximo las posibilidades del estudio de grabación, y eso se nota en esta obra histórica. Sólo añadir que la pieza del video dura en realidad 27 minutos, pero en el Youtube sólo he encontrado esta versión reducida)

lunes, 11 de agosto de 2008

JOHN COLTRANE & MILES DAVIS


El concierto mallorquín de John Zorn y sus Masada (no estuvo nada mal, aunque algo por debajo de lo que yo esperaba) ha tenido el efecto de que vuelva a escuchar, algo obsesivamente, la música de dos colosos del jazz, el saxofonista John Coltrane (1926- 1967) y el trompetista Miles Davis (1926-1991). Hace tiempo que los tenía algo de lado, pero reencontrarme con su música ha tenido consecuencias reforzantes: ahora me gustan todavía más que antes (los descubrí a finales de los 90, primero a Davis y después a Coltrane).

El video de arriba es de cuando ambos colaboraban en el grupo de Davis. La canción, So what, es una de esas piezas míticas del jazz, que dieron forma a su evolución histórica posterior. Pertenece al mítico disco Kind of blue (1959). Sobre una estructura de fondo bastante sencilla, los respectivos solos definen el estilo de cada músico: el de Davis, austero y sincopado, de toques cortos y punzantes; el de Coltrane, de energía y creatividad voluptuosa, fluyendo las notas con una fuerza imparable. Otras piezas históricas en las que ambos tocaron juntos son Round midnight, Freddie Freeloader o Milestones.

La relación de ambos fue curiosa. De la misma edad, Davis se dio a conocer más pronto, construyendo un prestigio que no lo abandonó hasta el momento de su muerte. En cambio, Coltrane fue algo más lento en su evolución, pues no se convirtió en un músico importante hasta finales de la década de los 50, cuando volvió a trabajar con Davis tras un breve periplo bajo la influencia del gran Thelonius Monk, que fue su maestro en 'arquitectura musical'. Sólo en ese momento decidió Coltrane (que acababa de dejar atrás su adicción al alcohol y a la heroína), de carácter más amable que el complicado Davis, volar por libre. Los discos geniales del saxofonista empezaron a salir, uno tras otro: Giant steps, My favorite things, Coltrane (al que pertenece la prodigiosa Tunji), Impressions, Crescent y sobre todo el mítico A love supreme (1965), que lo coronó como uno de los grandes de la historia del jazz. Dos años después murió de un rápido cáncer de hígado.
Related Posts with Thumbnails