lunes, 30 de noviembre de 2009

JEAN AMÉRY, LOS OJOS DEL INFIERNO

En realidad se llamaba Hans Mayer, aunque prefirió el nombre de Jean Améry (1912-1978) para su trabajo de escritor a partir de 1955, diez años después de sobrevivir al infierno de Auschwitz (y a la muerte de su joven mujer, que lo esperaba en Bélgica). Nacido en Austria, de orígenes judíos, su relación con el propio judaísmo no fue inmediata ni tampoco fácil sino que se fue labrando con los años; en realidad, su vínculo dialéctico con lo hebreo se inició con el preámbulo de los campos de la muerte, es decir, que fueron las Leyes de Nüremberg (1935) las que lo hicieron judío ("No puedo ser judío. Y sin embargo me veo obligado a serlo"). Autor de algunos de los libros más escalofriantes que he leído jamás (Más allá de la culpa y la expiación o Levantar la mano sobre uno mismo, ambos en Pre-textos), Améry es uno de los pensadores más incómodos que han existido; alejado de toda autocomplacencia, entendía la experiencia vital como un proyecto en el que la identidad debe ser minuciosamente desmantelada hasta no quedar de ella ni siquiera el tuétano. La verdad y lo identitario como cosas antagónicas. También, como pocos pensadores, su vida particular devino un fiel ejemplo práctico de sus reflexiones.

Améry sobrevivió a la destrucción más hecatómbica que han visto los siglos. Llevó sobre su cuerpo la herida, la huella que esa destrucción labró a fuego en su carne. Dio testimonio de su experiencia, no se escondió, ni tampoco olvidó, al contrario; su moral fue vigorosa y preñada de un resentimiento filtrado por la lógica y la dignidad. Aguantó en pie hasta 1978, cuando se suicidó con una sobredosis de barbitúricos en un hotel de Salzburgo. Unos años más tarde también se suicidó otro compañero en la 'universidad' de Auschwitz-Monowitz, el italiano Primo Levi. Dejo unas palabras lapidarias escritas por Améry, de las páginas finales de su tremendo y asfixiante, pero necesario, Más allá de la culpa:

"Sobre mi antebrazo izquierdo llevo tatuado mi número de Auschwitz; es de lectura más sucinta que el Pentateuco o el Talmud y, sin embargo, contiene una información más exhaustiva. También es más vinculante como cifra de la existencia judía.

No me angustia ni el ser ni la nada ni dios ni la ausencia de dios, sólo la sociedad: pues ella, y sólo ella, me ha infligido el desequilibrio existencial al que intento oponer un porte erguido. Ella y sólo ella me ha robado la confianza en el mundo
".

lunes, 23 de noviembre de 2009

EL PARTIDO DEL SIGLO (EVENTOS Y EPÍLOGOS)


¿Por qué los llamados 'Partidos del Siglo' siempre se circunscriben únicamente al mundo del fútbol? En teoría se trata de partidos únicos e irrepetibles, pero, ya se sabe, luego la diarrea mental de los medios demuestra que realmente se juegan cada par de semanas. Se supone que un partido de estas características debería ser un auténtico evento, algo decisivo que dejaría una huella definitiva: su marcador final sería una cifra absoluta que marcaría un antes y un después, la que rubricaría un resultado inatacable. El vencedor del Partido se lo llevaría todo: el éxito, la gloria, etc. Pero no siempre suele ser así, ni en fútbol ni, por supuesto, en el rugby.

Evento: Uno de los mejores partidos de rugby que se han visto nunca (en muchas ocasiones ha sido calificado como 'el mejor' a secas) fue el Australia-Nueva Zelanda de hace 9 años, jugándose el Tri Nations (torneo anual que enfrenta a Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia) y la Bledisloe Cup (que únicamente tiene en cuenta los enfrentamientos entre los dos últimos). Este partido sí que cumpliría los requisitos que en teoría se le exigen a todo un Partido del Siglo. Corría el 15 de julio del 2000, 9 días después de la muerte de Wladyslaw Szpilman, 'el pianista' de Polanski, y 7 después de que un servidor casi se matara en un accidente de motocicleta, cuando se disputaba en el Australia Stadium de Sydney la primera jornada del torneo (el partido está COMPLETO en Google Video). Los wallabies, vigentes campeones de la Copa del Mundo 1999 de Gales (vencieron en la final a Francia, sorprendente verdugo de sus rivales esta noche), liderados por los míticos George Gregan y Stephen Larkham, sestearon durante los primeros 8 minutos y les cayó encima una tormenta increíble: encajaron nada menos que un parcial de 24-0, fruto de tres ensayos trepidantes (Tana Umaga, Pita Alatini y Christian Cullen, convertidos todos por el apertura Andrew Mehrtens) y un tiro a palos (de éste último). Como dice el narrador, "llueven ensayos" en Sydney, una auténtica "demolición", una humillación en toda regla para los campeones del mundo. 24 abajo sólo a los 8 minutos, jugando en casa, y la que podía seguir cayendo ante el impulso arrasador de los imperiales hombres de negro. Sin embargo, los australianos sacaron orgullo y clase para darle la vuelta a la demolición: esta vez eran los all blacks los que fueron pisoteados de forma inclemente, de manera algo menos súbita pero sí extremadamente minuciosa, encajando en 23 minutos infernales, ¡otro parcial de 24-0! (cuatro ensayos, dos de Stirling Mortlock, uno de Chris Latham y otro de Joe Roff, sólo dos transformados por Mortlock, que también anotó un tiro a palos). Se llega 24-24 al descanso. Pocas veces se habrán visto tantas cosas, y sobre todo tan intensas, en únicamente 40 minutos de juego. Estratosférico.

En la reanudación, 3 puntos más para los wallabies (tiro de Mortlock), que la dan la primera ventaja del partido, 27-24. Pero inmediatamente un ensayo del medio melé Justin Marshall, en una brillante jugada individual, concedía de nuevo la ventaja a los neocelandeses. Un intercambio de tiros, por parte de Mortlock y Mehrtens, deja un 30-34 para los visitantes. La paliza física era ya extrema; apenas quedaban fuerzas, así que se dejó todo para el final. A falta de 3 minutos para la conclusión de la contienda, los australianos presionan en el vértice derecho de su ataque y una rápida combinación, finalizada por Jeremy Paul, perfora la defensa rival. 35-34 (no hay transformación) y nos vamos al descuento. Los all blacks buscan desesperadamente ganar metros. ¡Se les está escapando un partido que ganaban 24-0 a los 8 minutos! Un drop o un penalty les bastan, pero ya en el minuto 83 una combinación de Byron Kelleher con Taine Randell permite al bestial Jonah Lomu asfaltar un pasillo para conseguir nada menos que el décimo ensayo del partido. 35-39, victoria para Nueva Zelanda. Una noche en el Olimpo del rugby.

Epílogo: Nueva Zelanda se llevó la victoria en uno de los mejores partidos de la historia de este deporte, pero el título, el del Tri Nations y también el de la Bledisloe Cup, fue finalmente... ¡para Australia! Gracias a un penalty, transformado in extremis por el larguirucho segunda línea John Eales, otro mito del rugby, en el partido de vuelta (23-24), disputado en Wellington el 5 de agosto, aunque también gracias a la posterior derrota de Nueva Zelanda en Sudáfrica (46-40, 19 agosto) y a la victoria de los wallabies frente a los springboks en el último partido del Tri Nations 2000 (18-19, 26 agosto). Los campeones del mundo no necesitaron ganar El Partido del Siglo para llevarse la gloria del torneo (el primero de sus dos títulos del Tri Nations).

[artículo publicado en el NICKJOURNAL]

sábado, 21 de noviembre de 2009

SUICIDIO DE GÉNERO: EN EFECTO, ELLAS LO INTENTAN MÁS


Sigo con mi monotema suicida, pero hay motivo. Primero: parece que al fin la prensa llama a las cosas por su nombre y califica como lo que son, suicidios, varias muertes de personas más o menos conocidas en los ámbitos en que discurrían sus vidas. Ya hablamos del caso de Enke, en Alemania, pero hay más. Por ejemplo, el de una modelo surcoreana, Daul Kim, o el de una actriz británica, Lucy Gordon. Parece como si la prensa se encontrara en vías de dejar de lado la absurda teoría del contagio del suicidio cuando éste es expuesto en las noticias. Sin embargo, no parece ser así, al menos en el caso español, dado que estas noticias afectan a personas con las que difícilmente podríamos realizar ninguna tentativa mimética; es decir, que no valdrían como modelos de conducta en general (vale que Enke jugó en España hace años, pero no brilló precisamente, de ahí que apenas nadie lo recordara ya. Por tanto, su muerte aquí tiene menos trascendencia mimética que en Alemania). Pero en un caso más cercano, de persona más conocida para nosotros, el del periodista Andrés Montes, se mantiene en pie esta teoría, pues la prensa sigue negándose a reconocer que su muerte fue un acto de suicidio (que la familia se niege a que los datos de la autopsia se conozcan es un indicio muy claro en este sentido. Pero es que hay otros, como las palabras de su mujer nada más descubrir el cadáver: "¡Yo también quiero matarme!").
De todas formas, la intención de esta entrada tenía que ver con algo sobre lo que se informó hace semanas pero que estaba pendiente de, digamos, una cierta confirmación empírica. Me refiero al 'suicidio de género', que presentaba dos patrones antagónicos: mientras que la mayoría de suicidas son hombres (en proporción de 3 a 1), sin embargo son las mujeres las que más veces tratan de autoliquidarse sin conseguirlo. Arcadi Espada, que es quien en un artículo de El Mundo, el 29 de septiembre, ofrecía ese dato tan suculento que llamó mi atención, ha tenido la amabilidad de facilitarme unas pruebas empíricas que contrastan lo dicho. En efecto, ellas lo intentan más. Luego fracasarán (se matan mal) o sus intentos tienen más de amenaza, chantaje (emocional) o vete a saber qué antes que de un verdadero intento de ejercitar la tentativa de autolisis. Un detalle muy significativo sobre las verdaderas intenciones del candidato a suicida lo podemos encontrar en el método utilizado: ellos, que suelen consumar su tentativa, escogen métodos drásticos e irreversibles, como el ahorcamiento, dispararse con armas de fuego, arrojarse desde elevadas alturas, etc.; por otra parte, ellas se decantan precisamente por lo contrario, es decir, por métodos más amables cuya reversibilidad no es imposible (fármacos). También ellos, dado que están verdaderamente decididos a matarse, optan por llevar a cabo su particular tentativa más allá de toda posible publicidad sobre la misma; no avisan de su futura muerte para no encontrar ningún obstáculo, lo contrario que una gran proporción de ellas, que con dicha publicidad consiguen aumentar las posibilidades de ser descubiertas y rescatadas.
Dejo AQUÍ la prueba que me suministra Arcadi.

PD: y más de Arcadi... el Correo Catalán de hoy, también con el suicidio como tema.

jueves, 19 de noviembre de 2009

SUICIDIOS SOBRE LA HIERBA

A estas alturas ya todo el mundo se habrá enterado del suicidio de un portero de fútbol, Robert Enke. También sabrán los pocos que lean este blog que una de las cosas que más fascina a un servidor es el suicidio, en sí mismo, es decir, como problema filosófico-existencial, y también como tabú social. Ya he hablado en otras ocasiones de este tema, así que quien tenga interés puede consultar el backstage subsuelítico (principalmente las entradas El tabú del suicidio y Suicidio de género). En el caso de Enke, dado que era futbolista, me ha recordado un viejo proyectillo que llevo entre manos desde hace muchos años, y del que he dado constancia en el blog (entrada LA MUERTE Y EL FÚTBOL): una lista de los futbolistas que se van muriendo, de una o de otra manera, mientras estaban en activo. El suicidio no es la forma más habitual de muerte, pero algunos hay (Saric, Tupper, Castillo, etc.). Ya lo único que me vincula al 'fungol' es la muerte.

sábado, 14 de noviembre de 2009

LA MUJER CTÓNICA (12). PENES DE GOMA vs MUÑECAS DE PLÁSTICO


Los artilugios sexuales que manejan hombres y mujeres siempre han acostumbrado a presentar diferencias llamativas. Por todos es sabido que las mujeres tienen debilidad por consoladores o penes de goma (o, a estas alturas, de cualquier otro material), mientras que los hombres, de toda la vida se decantan por muñecas de plástico (u otros materiales), hinchables o no. La diferencia sexual llevada hasta el extremo de los artilugios placenteros que tratan de substituir (o en ocasiones complementar, aunque menos) al partenaire de turno.

La saga ctónica, consciente de que este hueso tiene un elevado potencial polémico que roer, se decide a entrar a saco en estas diferencias para tratar de indagar el significado que ocultan. En este sentido, parece que el hombre suele buscar un doble de la mujer, una substituta que mantenga la referencia corporal femenina, aunque sea cambiando carne por plástico y voz por mudez. Se busca el placer físico, claro está, básicamente el del pene, en contacto con la vagina o la boca de plástico de turno, pero no se pierde de vista que el cuerpo del otro en su totalidad es lo que no se pretende erradicar, al contrario. La referencia humana sigue ahí; la figura, su cercanía, su capacidad de ser abrazada o agredida, amor u odio, pero emociones al fin y al cabo. El hombre, en su querencia por la muñeca de plástico, sigue manteniendo su sexualidad particular en una dimensión que va más allá de la pura genitalidad. Casi se podría decir que es sentimental su opción substitutoria. Pensemos en el caso de Michel Piccoli en Tamaño natural de Berlanga, película en la que el protagonista interpretado por el actor francés se llega a enamorar verdaderamente de su novia de plástico (y a desenamorar de su esposa carnal), confiriéndole un sin número de intenciones, voluntades y demás parafernalia psicológica. Un calor humano, un amor sentimental es lo que en este caso se trata de buscar en la figura femenina sin aliento. Ya no estamos hablando únicamente de puro sexo, sino de "una bonita historia de amor" (como dice Piccoli en el video de arriba, escena final de la película).

Pero por la otra parte, la que toca a la mujer ctónica, ese vínculo con el doble se ha perdido por completo. No hay (o al menos no existían hasta hace un tiempo, no sé si ahora...) hombres hinchables de goma. La mujer ctónica tiende a dejar de lado cuando le conviene la sentimentalidad aparente a la que suele recurrir (de forma estratégica) para dejarse llevar por las urgencias y la inmediatez del placer vaginal. ¿Para qué buscar el contacto con un hombre (de plástico) si lo que se desea es únicamente su pene? En este caso un pene duro y a la vez sensible, de tamaño importante y vibraciones multiorgásmicas. Una joya al alcance de todos los bolsillos. Lo decisivo aquí, para la saga ctónica, es que en el placer substitutorio de la mujer ctónica se pierde la dimensión humana; toda la representación onanista, todo este simulacro, se da en este caso en un ámbito puramente abstracto, despojado de alteridades y de emocionalidad alguna. Sólo la mujer y su pene de goma. Solipsismo ctónico, ausencia de alteridad, ni que sea artificial, y situación de dominio absoluto (no hay potencial enfrentamiento alguno con un pene sin cuerpo; no hay rivalidad explícita ni implícita). No hay amor ni emociones, sólo puro gozo carnal y disfrute del esquema de dominio que prescinde del otro masculino. Muchas ctónicas corean la cantinela de que "los hombres sólo pensáis con la polla", pero lo hacen para luego reverenciar extáticamente a este Grial de goma en la oscuridad miasmática de su refugio solipsista. El mundo ctónico es aquel que busca acabar con el hombre para suplantarlo con penes de goma, misma contradicción que los hombres maltratadores que agreden a la que dicen amar.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

SIX - THE BLACK HEART PROCESSION

Se ha publicado este pasado octubre el disco Six, la sexta y nueva entrega de 'la procesión del corazón negro', proyecto encabezado desde 1998 por Pall Jenkins y Tobias Nathaniel. En cierta forma, Black Heart Procession (BHP) vuelve a sus orígenes, en lo que tiene que ver con titular un disco con el número correspondiente al orden de salida (el cuarto se titulaba Amore del Tropico y el quinto The Spell), y con la originalidad musical recuperada. Las dos últimas entregas de BHP eran bastante buenas, muy superiores a la media en este tipo de grupos, pero, a mi juicio, quedaba por debajo de la inspiración y originalidad de los tres primeros trabajos de larga duración (titulados 1, 2 y Three). Se notaba que cada día estaban más cerca de un estilo mainstream, más accesible. Pero en el caso de Six (disco que cuenta con una edición gráfica muy lograda, repleta de cruces, cementerios, ahorcados y demás parafernalia lúgubre tan querida por BHP) se recuperan las esencias, el fuego purificador y doloroso que puso en marcha todo el proyecto, aunque combinadas para abrir caminos que antes apenas habían transitado (como la pieza Suicide, de una dureza 'militar' similar a lo que suele hacer Nine Inch Nails).



También se vuelve a cierto patrón narrativo. Si en Amore del Tropico se narraba minuciosamente y por entregas el caso de un crimen pasional, en este caso se pone en marcha una historia psicológica personal en 13 canciones, el final de una relación y los momentos que en ella se juegan. Tras el inicial y soberbio When you finish me (arriba), pieza insólita en el álbum, que señala la ruptura, la escisión proyectándose en la carne, la herida en la mente del narrador, se discurre por pasajes de fondo depresivo aunque la confección recurra a un estilo entre irónico y pop, bastante similar a algunas canciones de Nick Cave (como Red right hand, o todo su último album, Dig, Lazarus, Dig!!!). De este estilo encontramos unos tres ejemplos, como son Rats, Wasteland...



... o Heaven and hell.



Como dice el mismo título de una de las piezas finales, se trata de un regreso al subsuelo en toda regla, de un hundimiento en terrenos ya conocidos para BHP (a nivel personal y musical), aunque recreados de una manera diferente, manejando recursos a los que han sacado bastante jugo. Liar's ink y Drugs son buenos ejemplos de ello de esta tristeza subsuelítica.



El álbum se cierra con la que para mí es su mejor pieza, una recapitulación subsuelítica que conecta más con el estilo de los tres primeros trabajos de BHP, es decir, con una presencia más poderosa del piano de Nathaniel, un mosaico de perturbadoras crepitaciones sonoras y una inflexión más cavernosa en la voz de Jenkins. Se trata de Iri Sulu, una representación del estado de total incertidumbre o ambivalencia al que conduce todo el trayecto del disco. Ya nada se sostiene, ningún punto fijo o terreno seguro; todo cede a nuestros pies. La conclusión es el más absoluto de los desamparos, narrado con tono adecuado por una figura espectral que ya difícilmente puede considerarse humana.

viernes, 6 de noviembre de 2009

GOD SAVE JONNY WILKINSON


Ausente durante un año y medio, tiempo baldío de desesperanza y mediocridad para el quince de la rosa, mañana (1), sábado 7 de noviembre, en el templo de Twickenham, frente a Australia, el gran Jonny Wilkinson volverá a enfundarse el número 10 de Inglaterra. Se lesionó, le daban por muerto, perdieron la fe en favor de becerros de oro mediáticos como Danny Cipriani. Pero ya resucitó en otras ocasiones. Wilko siguió a lo suyo, como siempre, ajeno al voluble frenesí de la actualidad, confiando en su inmenso talento y en una voluntad granítica Se recuperó de su enésima lesión, cambió el Newcastle Falcons de toda su vida rugbística para dar el salto al otro lado del Canal de la Mancha, con destino a Toulon. Ahora vuelve a situarse por derecho propio en el centro del escenario del rugby mundial. God save Wilko.

(1) Si la epidemia de lesiones que está asolando la selección dirigida por Martin Johnson no se acaba extendiendo al propio Wilkinson.

[nota a posteriori: video del partido, que acabó 9-18 para los australianos, aunque Wilko jugó a gran nivel.]

lunes, 2 de noviembre de 2009

UNA NADA FRENTE AL INFINITO

(fotograma de El exilio, de Andrey Zvyagintsev)

"¿Qué es el hombre en la naturaleza? Una nada frente al infinito, un todo frente a la nada, un medio entre nada y todo. Infinitamente alejado de comprender los extremos, el fin de las cosas y su principio le están invenciblemente ocultos en un secreto impenetrable, igualmente incapaz de ver la nada de donde ha sido sacado y el infinito en que se halla sumido".

Pensamientos, Blaise Pascal
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