domingo, 10 de julio de 2011

HOMOSEXUALIDAD IDENTITARIA

 El barón Krauss von Espy de la película Crueldad intolerable (2003)

De nuevo me entretengo en el blog de Ferràn Toutain, uno de esos escogidos lectores españoles de René Girard que interpreta al de Aviñón con provechoso espíritu filosófico. Toutain, siempre atento a toda manifestación mimética en el hombre, se detiene por un momento, imagino que a cuenta de las histriónicas celebraciones del 'Orgullo gay', en la cuestión de la 'homosexualidad identitaria', que considero interesante debido a ciertas paradojas relacionadas con la evolución histórica reciente de su posición y reivindicaciones. Quiero decir que resulta significativo observar cómo gran parte del movimiento gay ha acabado asumiendo el criterio que manifestaban en contra sus perseguidores, durante el franquismo, para prohibir y perseguir la homosexualidad. Quiero decir, el mismo criterio pero únicamente modificando la consideración negativa por otra positiva, sin alterar con ello la estructura diferencial, la separación identitaria (acabar adoptando los códigos estructurales del adversario es uno de los temas recurrentes en la obra de Girard). Si la homofobia franquista venía a decir que la homosexualidad era una práctica esencialmente maléfica, propia de seres 'enfermos', el perseguido colectivo gay respondía a esto asegurando que en realidad se trataba de una opción sexual más que no podía servir para definir (negativa o positivamente) la moralidad o dignidad de aquella persona que la había adoptado. Es decir, se trataba de legalizar y normalizar su práctica intentando desvirtuar aquella consideración identitaria y excepcional que le atribuía el franquismo. Sólo es sexo, nada más que eso. Curiosamente es hoy en día, momento en el que la homosexualidad está absolutamente normalizada en España, donde no se dan problemas serios de persecución generalizada, es cuando se ha ido recuperando el argumento identitario para conceder a la homosexualidad una especie de plus ciudadano y democrático. En este replanteamiento de la cuestión, el homosexual ya no sería un ciudadano normal que tiene un determinado gusto sexual (gusto en absoluto significativo para la consideración de la moralidad del individuo en cuestión), sino algo así como una especie aparte, que habita una cosmovisión alternativa, autónoma, diferente, única, superior. Es decir, no se busca la asunción común de una normalidad ciudadana que implique a todo el mundo al margen, entre otros, de gustos sexuales, sino que se ambiciona, con la exhibición de su opción sexual, conseguir una legitimidad superior, un estar por encima, un privilegio que exige reconocimiento. En este sentido, resulta aleccionador atender la paradoja de los guetos (el barrio de Chueca, sin ir más lejos), que a diferencia de pasados terribles son ahora  libremente escogidos por los interesados, y no con la intención de protegerse de hostilidades externas, sino para asentar este principio identitario de 'mundo aparte' que preside su más reciente perspectiva.

Es ley de vida: únicamente tras la lucha concreta y física por la supervivencia, y ya asentada una esfera común de igualdad, es cuando se abren los amplios horizontes del mercado de valor y la especulación identitaria. 

31 comentarios:

navarth dijo...

Clarificadora visión, Horrach. Saludos.

Huatim dijo...

Como siempre, interesante.

El Doble dijo...

Al paso que vamos y así como dibuja las cosas, dan ganas de sumarse al "bando", pues las prerrogativas de que goza son cada vez mayores....
Saludos...

Artqwin dijo...

Obviando el tema general del post, decir que la homosexualidad no está completamente normalizada en España. No existe ningún debate social sobre si debe permitirse a los heterosexuales que se casen o si debería haberse legalizado su unión bajo otro nombre distinto, como parejas de hecho, por ejemplo. No hay ningún colectivo que señale las prerrogativas que los heterosexuales gozaron hasta ahora con toda tranquilidad y sin culpa alguna, como la prerrogativa de vivir fuera de la cárcel o de tener un trabajo. Legalmente están apoyados, por primera vez, con un pie de barro. Que perciban el ambiente a veces como amenazador es lo lógico y no producto de una mente paranoica. Lo mismo ocurre con las mujeres, que aún siguen ganando menos que los hombres por un mismo trabajo, incluso llevando más tiempo en la empresa, por citar un ejemplo. Aparte de que con las comunicaciones y la información ya no vive uno en su pueblo sino un poco en el mundo; dígame usted que la homosexualidad en el mundo no está en tela de juicio, o dígame que ellos no saben que es así. O que las mujeres no saben que es mejor no rechazar a un novio pakistaní chiflado y amigo del ácido o que no temen que esas ideas se extiendan en vez de quedar atrás. Dígame que esas personas o usted mismo creen que viven en un mundo seguro y respetuoso. Dígame si los judíos cuando consiguieron un reconocimiento y un país quedaron a salvo y, sobre todo, en paz. Un saludo. Minorías y debilidad, a eso se reduce la moral

Juan dijo...

La desigualdad se combate con igualdad, no con desigualdad de signo contrario. A los que me hablan de discriminación positiva les contesto: la discriminación es discriminación y no tiene signo, sino dos caras. Cuando premias a alguien por un rasgo y no por un mérito estás automáticamente penalizando a otro por el rasgo contrario, pese a sus posibles méritos. La discriminación no tiene nada que ver con la igualdad; ¡parece mentira tener que explicarlo!

Hoy en España hay ámbitos (más en el campo que en la ciudad, más en el PP que en el PSOE, más en la Iglesia que en el mundo civil, más en el mundo civil que en el mundo del espectáculo, etc.) donde ser homosexual sigue estando penalizado; otros (mayoritarios e inspirados por una ideología dominante) en los que no tiene consecuencias; y otros en los que claramente recibe premio: no hay magazine televisivo ni tertulia radiofónica que se precie donde no campen uno o varios mariquitas de chiste de Arévalo a los que se les supone la gracia por el mero hecho de serlo y se les perdonan zafiedades sin fin porque no se acuestan con tías. Perdóneme la franqueza, Artqwin: a un defensor de la igualdad le deberían ofender las cuotas y los identitarismos. Celebrar la condición sexual es como celebrar la raza o la religión: creerse uno mejor que los demás por el mismo absurdo motivo por el que en otro tiempo lo creyeron peor. Igualmente absurdo.

Horrach: el mismo lúcido análisis cabe aplicárselo, efectivamente, a las minorías regionales y femenina (esta última una minoría de consideración, ya que no lo es de hecho), a través de los movimientos nacionalistas y feminista (hoy soportado intelectualmente -sic- por ese subproducto de la LOGSE llamado "ideología de género". Yo, que no tengo la suerte de haber leído a Girard y soy un poco más bruto que ustedes, me limitaría a hablar de papanatismo. ¡Saludos!

Johannes A. von Horrach dijo...

Gracias, Navarth y Huatim (por cierto, ¿ya ha dejado de lado su interesante avatar?).

Artqwin, la veo algo nerviosa y, para variar, exagera usted. A ver, yo no he dicho que la situación de los homosexuales sea 'idílica', pero no puede dudarse seriamente de que ahora mismo es la mejor que han ostentado en la historia de España. Será mejorable, puede ser, pero nunca han tenido sus derechos tan garantizados ni su seguridad más reconocida. Dice usted que existe la amenaza sobre el matrimonio homosexual, que el PP decía que derogará cuando llegue al poder, pero eso es más una cuestión simbólica que otra cosa, ya que lo que parece que van a cambiar es el nombre de la unión, porque la unión legal entre gays seguirá estando reconocida por el Estado de Derecho. Es decir, no perderían derechos reales. Luego habla de la situación de las mujeres, donde puedo repetir lo que he dicho sobre los gays: nunca antes había estado mejor la mujer en la historia de este triste país. Por eso indigna un poco escuchar a ciertas militantes feministas decir que su situación es "intolerable" o "muy negativa". La única pega podría ser lo de los sueldos, pero eso siempre ha sido algo que me ha extrañado mucho, porque en todos los trabajos de los que tengo conocimiento las mujeres cobran exactamente igual que los hombres por idéntico trabajo realizado. Tal vez para hacer la media del desfase entre hombres y mujeres hagan un cómputo general, sumando lo que ganan los grandes directivos de empresas, que ahí sí suelen ser casi totalmente hombres (si vas sumando lo que ganan estos privilegiados, que casi todos son hombres, sale que los hombres ganan más que las mujeres, pero eso no es muy fidedigno en general, porque no supondría, por sistema, que los hombres cobren más que las mujeres por el mismo trabajo).

Lo que yo vengo a decir en el artículo es que cuando alguien es una víctima real, tiene poco margen para quejarse o reivindicar sus derechos. Y paradójicamente cuando la situación está bastante más normalizada es cuando surge el fenómeno del 'victimismo', el lloriqueo no tanto en defensa de unos derechos como de privilegios.

saludos a los tres

Johannes A. von Horrach dijo...

Juan Luis, el principal peligro de las políticas de 'discriminación positiva' es que no tienen límite de funcionamiento. Como queda todo al juicio del victimismo, siempre se ve desde esta perspectiva que dichas medidas sigan aplicándose. Nunca tienen un fin. Y no lo tienen porque los que las defienden más ardorosamente no tienen como objetivo la justicia, sino el cultivo de unos privilegios que sirvan para apuntalar su poder en la sociedad. La igualdad, como decía el otro día Arcadi Espada en 'Jot Down', no tiene que ver con cutoas, sino con no tener en cuenta el sexo (en clave identitaria) para los puestos.

saludos

Fractal dijo...

Buenas, Horrach.

Buenísimo entrada homosexual (lismo) En otras palabras, nadie se puede llamar “hombre” si no ha sido “probado” por ese otro “imaginario”…. (‘manifestaciones del homoerotismo’)

Ay, señor, pero si yo ya tengo bastante con los largos dedos y dolorosos escrutinios que me hace el dotor a mi pobre prostata… El doc me deja caminando como si apretara una moneda con los cachetes de puro dolor anal…. Todos llegaremos ahí, muchachos, la próstata no destiñe entre homo ni heterosexual…

Horrach, habría que decir algo sobre las mujeres ctónicas futboleras… Sabes que algunos equipos femeninos se ven con más testosteronas que otras. Y que hermosa mujer esa arquera Solo del equipo americano. Me prende, chico, me prende…!

Saludos y a ver qué pasa con Francia vs América el miércoles. Nos vemos!

Ctk dijo...

Es cierto que la discriminación positiva sigue siendo discriminación pero si lo acabo aceptando es porque lo considero algo más bien compensatorio. La rabia de una persona humillada se transforma en acaparación después, no es justo, quizás, pero tampoco la situación anterior fue justa. No se trata de victimismo y lloriqueo, sino de víctimas y lágrimas. Yo he cobrado menos que un hombre, el último en llegar al susodicho curro, por el mismo trabajo, llevando más tiempo que él y haciendo lo mismo y/o más, porque él seguro que no barrió nunca la oficina, está claro. Todas mis otras compañeras, que llevaban más tiempo que yo, también cobraban menos que el muchacho y no, no estaba mejor preparado en estudios ni nada de eso, además era una mierda de trabajo. Para los heterosexuales zafios como el tipo aquel con el que se montó un escándalo porque hablaba de que el sexo de las mujeres mayores olía a rancio, delante de los chiquillos moros que llevaban todo colgando, no existe un apelativo como el de mariquita, algo tan breve, sino que tengo que explicitarlo con todas las letras. Y escuchar la defensa de los bienpensantes que aceptan y exigen la libertad sexual. Un puñetero violador es sólo un incomprendido en una moral arcaica. Los homosexuales tienen que "demostrar" su normalidad y se les otorgan sus derechos como si estuviésemos siendo generosos y con cuentagotas. ¿Adopción? De normalidad nada, Horrach, creo que es usted el que exagera la normalidad que no existe. Yo he escuchado a hombres decir que una mujer es una guarra por subirse a un taxi con dos amigos y decir también de otra que no era buena gente porque era amiga de una pareja negra. Lo decían hombres que eran amigos de otros hombres casados con mujeres chinas o negras. Yo les comenté y pregunté que qué pasaba con los hombres de vacaciones en Cuba y no contestaron, pero puedo imaginar en qué categoría me calificaron. También recuerdo a uno, hace ya tiempo, decir que una tía sonriendo a un hombre en un bar se estaba buscando que la violaran. Para mí este tipo no es alguien típico, es un loco, nomás. Pero luego coges el periódico y en fin...
Cierto, creo, que la situación es mejor de lo que nunca fue y que hay ambientes que incluso favorecen en vez de castigar pero ¿no les parece que es como darle un trozo de tarta el domingo a los del orfanato? Estoy de acuerdo en que la igualdad es igualdad y no intercambiar el desequilibrio pero ¿cómo llegar a ello? La gente desprecia muy rápidamente a los demás, sobre todo si ese desprecio es amparado y consentido por la "normalidad".
A mí me da miedo caminar sola por un descampado o por una carretera, aunque sean las tres de la tarde ¿a ustedes? No se ve la vida del mismo modo según donde esté uno situado.

Ctk dijo...

Y acabo de recordar a un chaval que conocí, de esto hace muchos años, que acabó en el hospital por una paliza que le dieron, por ser homosexual. No lo mataron porque tuvo la suerte de que pasó un policía de paisano y pudo detener aquello. Esto fue en España, sí. No digo que sea habitual o frecuente pero ocurre, la homosexualidad es una de esas excusas que la heterosexualidad no concede.
También iba pensando en los Carnavales de Brasil donde seguramente nadie encuentra zafio el exhibicionismo sexual. Me parece que encontramos chocante lo del orgullo gay por otras razones, y sí, lo reconozco, a mí también me choca pero realmente ¿hay tanta diferencia, con lo de Brasil, digo?
Además pienso que el histrionismo viene potenciado por la gente "normal" así como los ricos que acaparan crean la pobreza de otros. ¿Cómo esperar que se comporte normalmente alguien a quien de entrada restamos su dignidad más básica? Como, también, Horrach cuando usted me llama nerviosa y/o exagerada, independientemente de que sea cierto o no ¿qué importa? No se trata de quien o cómo soy yo, sino de ideas sobre un tema, es como lo de la argumentación, el enlace, que le dejé el otro día. Cómo ganar una discusión sin tener razón, una forma de descentrar la discusión o de restar valor a opiniones distintas. Usted acaba creando a "alguien" sin opinión válida. Si todos hacen lo mismo, y es algo que se ha hecho siempre y mucho con las mujeres, ¿para qué opinar entonces? Lo del feminismo tiene muy mala prensa, sólo la palabra, como sindicalista, en ciertos ambientes. Pero ¿qué hay de malo en nada de ello? Gente que trata de defender derechos, básicos y nada más. Si le digo la verdad hace tiempo que hice mía la frase que dice "no pidas tus derechos, tómalos", o trato al menos. Pienso por eso que a veces no vale la pena pues discutir por algo que es mi derecho y no tengo que pedirlo. No debería entrar al trapo de cuestiones personales e individuales, cuando entré aquí las primeras veces usted comentó algo sobre la provocación, no comulgo con esa idea de mantener una tertulia en base a ello, sin embargo a veces percibo en usted, o creo percibir, una búsqueda sincera de objetividad y un intento de aferrarse a la neutralidad intelectual, distinta a las emociones subyacentes. Y bueno, ahí le dejo mi experiencia, si le vale bien pero no tache simplemente aquello que no le cuadra, se puede intentar ampliar una visión. Un saludo.

Johannes A. von Horrach dijo...

Fractal, sí, lo de la próstata me parece que puede ser una bisagra entre dos mundos, que un vecino está pasando por eso y lo pinta bastante turbio.

Ya me perdonará con lo del Francia-América del miércoles, y tal vez sea por los efectos del calor en mi mollera, pero ahora mismo no pillo la referencia. ¿A qué se refiere?

CTK, bienvenida al subsuelo, ya que no me suene su cinematográfico nick. En cuanto a su caso de diferencia de salario: lo que no entiendo es que si suceden casos así (ya digo que, donde conozco, no sé de ningún caso) no se denuncien, y todo se quede con acusaciones genéricas tipo 'los hombres cobran siempre más' cuando si esos casos concretos suceden es en determinados reductos. Es como con lo del maltrato a mujeres: los responsables son unos hombres determinados, con nombres y apellidos, y no el género masculino en bloque, que es la perspectiva que le interesa imponer al feminismo maximalista.

Cuando hablo de 'normalidad' en el caso de la homosexualidad me refiero a una tendencia general ya asentada en la sociedad española, a que hay leyes que propician unas igualdades que antes no existían, y que están también los medios de comunicación para ofrecer casos inaceptables cuando estos se producen. Lo que no se puede pretender es decir que no existe esta normalidad porque sigan existiendo algunos casos de ese tipo, porque eso sucede con todo. Hay que eliminar la generalización, la tendencia estructural, pero que eso se consiga no implica que se llegue a una erradicación total y absoluta. Es decir, sigue habiendo hombres que llaman 'guarras' a las mujeres, y otros que las agreden, y otros que pegan a un gay por el simple hecho de serlo, pero existen estos casos en un porcentaje similar al de hombres que llaman nazis a políticos del PP (y llegan a agredirlos por ser del PP, recordemos el caso del consejero de Murcia, hace unos meses), jefas que en sus trabajos persiguen a los hombres por el hecho de serlo (conozco casos cercanos), barcelonistas que odian a madridistas y viceversa, linchamientos colectivos de policías de paisano por el hecho de ser policías (en Euskadi, en algunas verbenas), grupitos de quillas que casi matan a otra por haberle 'birlado el novio' a una, etc. Precisamente la reducción de una tendencia generalizada en el franquismo (homofobia y machismo) a casos residuales es lo que convierte estas tendencias en 'normales', es decir, se pueden seguir produciendo (aunque lo ideal es que la ley y la educación traten de erradicarlos totalmente, pero el 100 % es casi imposible). Lo excepcional no son las dimensiones de estos casos (similares a los otros que he citado, y más que ahora mismo no recuerdo), sino que se mantengan las políticas de 'discriminación positiva'.

saludos

Anónimo dijo...

Cuando dices, Horrach, "acabar adoptando los códigos estructurales del adversario es uno de los temas recurrentes en la obra de Girard" me vinieron a la memoria unas palabras, no sé si de Esther Díaz, José Antonio Marina o Dietrich Schwanitz sobre el feminismo. La idea era, mas o menos, que el feminismo está haciendo (o hizo, no sé si hoy en día seguimos hablando de feminismo) mal las cosas: tratan de equiparar la situación de la mujer a la del hombre en lugar de buscar algo que vaya más allá. Porque, admitámoslo, los hombres no somos el modelo definitivo.

Sobre los derechos de los homosexuales (porque de eso trata el asunto: por qué tú tienes más derechos que yo si soy "igual" que tú) rescato una idea, esta vez casi seguro que es de José Antonio Marina (tal vez citando a alguien más): "es una lucha constante por tenerlo y por conservarlo". Los derechos no se adquieren y se perpetuan irrevocablemente sobre el individuo, sino que es necesaria la publicidad de la titularidad de los derechos. Por esto mismo la discriminación por orientación sexual (decir sólo discriminación es casi como no decir nada, siempre tiene que haber un algo después de esa palabra, porque discriminar lo hacemos todos los días, a cada rato, elegir) va a ser una constante latente que se acentuará en los momentos de debilidad de la titularidad de los derechos.

Y sobre lo de "a las mujeres les pagan menos por igual trabajo", por lo menos en mi país, creería que eso no se da, aquí el problema es que la mujer no accede a tal o cual puesto por preferirse a un hombre en el mismo.

Estos temas son siempre pa polémica eterna.

Saludos

Ctk dijo...

Vale, ok, Horrach, de acuerdo. Pero bueno, también podríamos hablar de por qué se mantienen las prerrogativas reales, también es discriminación positiva y también es discriminación, flagrante y anacrónica, el hecho de que el heredero sea el hijo varón y el más joven. Sí, hay la suficiente normalidad como para que este hecho resulte incluso llamativo, chocante y vacío pero aún no se ha cambiado. Lo que molesta de estas cosas a veces es que sea tan fácil levantar la voz para protestar contra la discriminación positiva cuando nadie dijo nada antes. En cuanto al cambio de nombre de las uniones, efectivamente es un símbolo, sí, ¿de qué? ¿Por qué no proponemos que el matrimonio con extranjeras negras, se llame de otro modo en vez de boda? Sería un escándalo. La discriminación por orientación sexual es anticonstitucional. Saludos.

Johannes A. von Horrach dijo...

Álvaro, en el modo de ser del hombre, cuando se encuentra enfrascado en rivalidades continuadas y farragosas, y dado que la referencia es el otro contra el que se combate, se da una tendencia a la asimilación común de formas de comportamiento y de pensar. La lucha, llevada hasta el extremo, busca acabar con el otro, y eso implica de alguna manera ocupar su espacio.

Sobre el tema laboral, también hay que recordar algo que prefieren dejar de lado los feministas maximalistas, y es que existe (todavía) una tendencia real entre las mujeres en Occidente a decantarse por estudiar carreras 'blandas' antes que las técnicas. Eso ya determina después el acceso al mundo laboral. Recuerdo hace un par de meses un artículo del Diario de Mallorca en el que la redactora se indignaba de que se licenciaran menos mujeres en químicas y físicas en la UIB... para acabar reconociendo al final (eso sí, con la boca pequeña), que son ellas las que deciden ni siquiera matricularse en estas carreras, nadie se lo deniega.

saludos

Johannes A. von Horrach dijo...

Ctk, dos cosas. Lo primero: totalmente de acuerdo en que habría que erradicar la ley sálica (yo iría más lejos: todas las monarquías salvo la Casa Windsor), porque a estas alturas no tiene sentido alguno. Eso sí, no puede compararse esta 'discriminación positiva' con las que señalábamos antes, porque la de los Borbones únicamente beneficia a una sola persona (y perjudica a otra), mientras que la otra implica a millones de ciudadanos. Pero habría que erradicar este privilegio real, claro.

Cambio del nombre de 'matrimonio': mezcla de nuevo las cosas, porque un matrimonio entre un blanco y una negra cumple el requisito de lo que durante siglos ha sido el 'matrimonio tipo' formado por hombre y mujer. El elemento racial es cierto que determinó la prohibición de estas uniones en determinados países, pero en el debate que habíamos planteado eso es accesorio, porque no mantiene ninguna analogía con el caso de las bodas gays (es decir: una pareja racial mixta puede procrear, una gay no. En eso se basan las reticencias conservadoras en cuanto a lo del nombre). Pero quede claro que me parece perfecto que se mantenga el matrimonio con el nombre incluido en los casos de bodas gays, aunque tampoco me parece una barbaridad que se cambie (sin alterar los derechos protegidos).

saludos

Ctk dijo...

Iba a lo que a mí me parece el centro de todos los debates sobre los derechos de los otros: el desprecio es siempre el mismo y no encubre más que el egoísmo de buscar nuestro poder, no el de los demás. Así está hecho el mundo, me parece que, el mundo, en el fondo, es demasiado simple y duro. Creo que se puede llegar a comprender cómo funciona pero no el por qué. Los arabescos no son para aclararnos sino para tratar de cegar nuestra propia mirada o, a veces, la de los demás o para salvarnos del aburrimiento y de la pérdida ¿identitaria? Claro que la gente que está cazando no creo que piense en esas cosas. La emoción es al final lo único que puede llenarnos precisamente al vaciar nuestro pensamiento. Estoy divagando un poco. Y nada, que eso de la normalidad e igualdad tampoco se ha conseguido ya, mentalmente, por mucho que se empeñen. No acaba de existir, pienso, a pesar de las leyes. Pero sí, es mejor que antes. Saludos.

Fractal dijo...

Que tal, Horrach… me refería al fútbol femenino (ctonismo y demasía de testosteronas…), se juega hoy miércoles: Francia vs A USA a las 10:00AM -hora centro para nosotros. El que se jugó con Brasil la semana pasada fue épico, nunca visto en la historia del deporte femenino. Escribo una tesina sobre cultura popular con un prisma psicohistórico y antropológico y ahí en un capitulo entra el furbol femenino. Vamos, hombre, dale un oportunidad de verlo puesto que la idea mimética y ctónismo dentro del campo de juego femenino es enorme… al punto de que es una verdadera placenta de parturientas a punto de parir goles! Sin duda, estoy enamorado de la portera, SOLO, cuando la veas, te darás cuenta del porque de esta testaruda sublimación. Te dejó un par de URL:

http://2.bp.blogspot.com/-fNfe5iwl5tA/Thtp7k1-HdI/AAAAAAAAEUw/gR_lZNncmLc/s1600/Hope+Solo+USA+Goalkkeeper.jpg

http://www.ussoccer.com/Teams/US-Women.aspx

mujeres ctónicas furboleras…

http://futsalcanada.blogspot.com/

m dijo...

Lo siento, no te funciona la empatía ni llegas a alcanzarla xq tanta palabra no deja ver mas que un discurso homófono esterotipado (ah no, que eso lo veo yo que soy gay y soy superior) tenias que estas tu en la piel de muchos que NO van al orgullo, que NO tienen una independencia económica solvente o viven en sitios rurales o NO son "bloggers" y NO tienen acceso a la información que da internet. Esos que no son "gays", sino simples maricones que en el mejor de los casos son el hazmerreir de su entorno y en el peor...

Algo así como a lo mejor ser del barça en Madrid y no poder asistir a las fiestas histrionisas que se montan cuando gana mi equipo... Es un poner, que digo yo...

m dijo...

Perdón por las faltas. Es lo que tiene escribir rápido en un chisme de estos táctiles "ultramodernos"

Johannes A. von Horrach dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Johannes A. von Horrach dijo...

Ctk, me gusta lo que dice, pero donde dice 'derechos' yo escribiría 'privilegios'.

Fractal, usted quiere torturarme, sin duda: hace ya bastantes años que no veo un partido de fungol completo, y usted me dice que me trague uno...¡de fungol femenino! De momento prefiero leerle a usted que me comente las incidencias, pero descarto verlo, que bastantes torturas asocio al verano como para sumar una más. Gracias de todas maneras, sé que no tiene usted mala intención.

M, bienvenido al subsuelo. Pero discrepo: si usted lee en mi texto un discurso 'homófobo' es que no me he expresado bien o usted no sabe leer. En ningún momento critico a los homosexuales, qué tontería: digo únicamente que en España al menos existe un discurso bastante generalizado dentro del movimiento gay que defiende ciertos privilegios ligados a su condición sexual. Me parece que no es lo mismo que usted me endosa. E insisto: claro que sigue habiendo homofobia, pero no de forma estructural sino residual, reducida a casos aislados y concretos.

saludos a los tres

m dijo...

Hola horrach, seguiré investigando el subsuelo. Creo que te entendí, pero a mi modo de ver discursos como que se piden privilegios y otros relacionados tipo celebración del orgullo, para mi, dejan entrever cierta, sino tan cacareada homofobia, si, no sé como expresaron, una fijación por cosas en las que si fuese normal, nadie se fijaría.... Porque lo normal es que lo mismo que cuando alguien llega a un trabajo nadie se pregunte por la música que escucha "el nuevo" al menor síntoma, si se preguntan por su condición. Me gustaría pensar que estás en lo cierto y es algo residual, pero si lo vivieses en primera persona, creo que apostarías mas por lo estructural. No estamos en un país de esos que los fusilan, pero tampoco la ley ha modificado muchos conceptos sociales arraigados por muchos años. Esta ayudando, pero queda mucho por recorrer, sobre todo para las mujeres homosexuales. Ojalá lleguemos pronto a esa residualidad. Yo no participo en el orgullo como no participo en muchas cosas del estilo porque no me gustan independientemente de mi condición sexual, pero lo apoyo. Y si es algo histriónico... Ejem... Nadie se ha fijado en otras celebraciones consideradas normales o habituales? Siendo frívolo no me dirás que no hay bodas donde los disfraces superan a los del orgullo ( a veces es preferible ir desnudo)... Alguna boda por ejemplo, sobre todo si es real e inglesa... ;-)

Un saludo también para ti.

Johannes A. von Horrach dijo...

Claro, la experiencia personal puede hacer que uno vea las cosas de forma diferente, y entiendo que en tu caso tener que aguantar ciertas actitudes deje mal cuerpo. Pero incluso en esos casos, por lo que cuentas, y por lo que sé de homosexuales cercanos a mí, las cosas no suelen ir muy lejos, lo habitual es que se queden en comentarios. Es decir, cosas que para la persona implicada sea muy molesto, pero que se topan con un límite. No es que la gente ya no sea homófoba, sino que se han ido desarrollando frenos para que esa fobia no pase de comentarios y poca cosa más, quedándose en el mismo plano que los normales problemas de convivencia.

En cuanto a las bodas, no sabría qué decirte, pues suelo ir a pocas y todas son mallorquinas (si eres mallorquín o conoces Mallorca sabrás que aquí el personal es por lo general un poco cortado con saraos de este tipo). Sí pongo en peor lugar que las exageraciones del Orgullo lo que se monta en los estadios de fungol de este país, auténtico akelarre impresentable poblado de, salvo raras excepciones, lo peor de cada casa.

saludos cordiales

Lectora dijo...

Horrach, yo creo que sí hay algo de eso que comentas, a mi en una ocasión me confesó una chica homosexual que creía que l@s homosexuales son más inteligentes y creativos.

Claro que eso no significa que todos piensen así, pero qué quieres que te diga a qué viene abrir un hotel gay en Mallorca por ejemplo ¿qué pasaría se se abriera un hotel heterosexual?

m, no negarás que a veces no se busca la integración en su sentido de normalidad sino el deseo de continuar siendo especiales, dejar de ir al orgullo gay, esa mamarrachada, desde luego es un paso hacia la normalidad.
Por cierto cada vez se apuntan más heteros al evento, que van como quien va a un circo o a un safari.

Y lo de la discriminación positiva la verdad es una concesión penosa, las mujer es capaz de lo mismo que el hombre, pero eso no se consigue con discursos quejicosos ni chorradas se consigue haciéndolo y punto, y si no es capaz de estar ahí entonces no debe estar ahí, así de simple.
Por supuesto no me cabe la menor duda de que la mujer puede solo que aún le falta creérselo.
Qué porras nuestras abuelas aún estaban en casa tejiendo, para estar en la segunda generación no está nada mal lo conseguido.

Johannes A. von Horrach dijo...

Sonja, es lo que digo en el artículo: el gueto ha pasado de ser una imposición exterior con el criterio represivo de aislar y excluir, a algo fruto de un deseo particular para establecer y apuntalar una diferencia 'esencialista'. Es muy curioso este cambio.

saludos

Ferran Toutain dijo...

Excelente comentario, señor Horrach.
La entrada de mi blog no era más que un apunte; la suya es una de las reflexiones más interesantes que he leído sobre el tema. Si la obsesión por la identidad gay se ha disparado justo en el momento en el que el colectivo ha visto reconocidos todos sus derechos es tal vez porque ahora es posible el exhibicionismo identitario y antes no lo era o no lo era tanto. Lo mismo ha ocurrido con el feminismo y con los nacionalismos. Claro que lo de las identidades colectivas como fundamento de lo humano es una locura muy propia de nuestro tiempo.

Johannes A. von Horrach dijo...

Bienvenido al subsuelo, señor Toutain, un placer y un honor sus amables palabras. Coincido de nuevo: el mecanismo es el mismo en los tres casos que cita, orgullo gay, feminismo y nacionalismo. Trato de sacar algo en claro sobre ello en la tesis, pero realmente el mismo Tocqueville ya señaló esta paradoja en sus estudios famosos sobre la democracia americana.

saludos y hasta pronto

m dijo...

Bueno... Noticias como esta: http://www.publico.es/espana/388720/cuatro-puntos-de-homofobia

Que no es rara, no voy a tirar de hemeroteca... .. Losmque echaron de una caseta en la feria de abril por bailar en pareja..e tc... Que yo sepa no son residuales y manifestar el orgullo sigue siendo imprescindible porque noticias similares sobre heterosexuales jamas las escucho...

En fin, reafirmo mi idea que todo esto de ver como mamarrachada el orgullo, aunque a mi no me guste y viendo otras celebraciones tan o mas mamarrachas, o decir que buscamos guetos, para mi denota homofobia. Por muchos derechos, que por lo menos sirven para llevar a jucio a tipos como el de la noticia, nadie quiere salir a cenar y que le ocurra esto, x eso se acaba en bares "de ambiente" donde nadie te mira si besas a alguien de tu mismo sexo.

Ah, y esto me recuerda una anécdota de cuando el dia de mi cumpleaños fui a cenar a un restaurante "normal" que supongo que por su cercanía de la alameda había varias mesas donde evidentemente eran homosexuales. Pues bien, en otra mesa donde había dos parejas evidentemente de la rancia Sevilla había un tipo que no dejaba de mirar y evidentemente hacia comentarios sobre los otros comensales. Yo me percate y como se dio cuenta que me di cuenta, el tipo, supongo que a mi no me detecto como maricón y lo que hizo fue hacerme cómplice con la mirada de la situación del resto de mesas. Supongo que se merecía que le diese un pico a mi novio para que viese ademas lo estúpido que era.

En fin, creo que ninguno sois capaces de poneros en situaciones de la vida diaria donde te tropiezas y mucho con gente que sigue mirando mirando mal a los homosexuales y aunque la ley nos defienda, lo ideal es que no hubiese tal ley como no la hay para heteroxuales, porque no hiciese falta.

Pero seguimos con el orgullo, con si llamarlo matrimonio, con que nos creemos superiores, que tenemos mas pasta que los demás, que somos frívolos, promiscuos, etc etc etc... Cuando yo no es que sea algo raro, xq en mi entorno lo raro es encontrar gays que cumplan todos esos tópicos, aunque haberlos los hay, claro. Como los hay heterosexuales.

Espero que os haga reflexionar un poco y despertar vuestra empatía.

Un saludo.

m dijo...

Por cierto sonja, yo he estado, en pleno siglo 21 en una reunion de empresa donde se descarto a una mujer conn estudios y que se sabia como trabajaba por un hombre sin estudios, por la única razón de que al ser mujer "luego se queda embarazada y con los hijos no tiene que estar a lo que está". Tal cual sin rodeos ni eufemismos. Y se ve que sigue siendo la tónica en sitios no tan cosmopolitas o abiertos como los que nos solemos mover los que discutimos teóricamente todas estas cosas. Existe otro mundo real muy alejado de nuestro entorno que nos cuesta alcanzar a ver. La mujer tiene tambIén mucho camino por recorrer...

Johannes A. von Horrach dijo...

Me parece que no acaba de entender usted el término 'residual': quiero decir con él que los casos de homofobia que se siguen dando (yo no he dicho que hayan desaparecido) son ya bastante minoritarios, al nivel de otros casos. No se tome lo de 'residual' como un insulto, ni mucho menos.

Y en cuanto a la empatía: una cosa es tener empatía con unas personas concretas, agredidas en este caso por ser gays (que la tengo a la empatía para estos casos), y otra es la empatía con el discurso 'identitario' que trataba de analizar en la entrada.

Lo de los guetos: qué quiere que le diga si usted piensa que señalar algo real (que algunos gays prefieran vivir en barrios con mayoría gay, o que acudan a locales gays, etc.) es incurrir en 'homofobia'. Es como si un servidor, al que le gusta la filosofía, buscara casa en un barrio con mayoría de licenciados en filosofía, y sólo entrara en tiendas regentadas por filosoferos. Raro, ¿no?

saludos

m dijo...

Jeje... Horrach, si te vieses en la posibilidad de que te agüen una velada por ser filósofo, no lo verías tan raro... Pero vamos, tal como veo este país... Hummmm... Quizás dentro de un tiempo te veré en esa situación y ya me dirás... Jejejeje... ¿Me entiendes? (Belén Esteban dixit) ;-)

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