lunes, 23 de diciembre de 2013

FÚTBOL: BURBUJA Y OPIO

  (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

Tras el inicio de la Crisis, las distintas burbujas superpuestas a la principal, la de la construcción, han ido explotando y perdiendo el aire artificial que guardaban en su interior. Sin embargo, una de ellas sigue resistiéndose (junto a la de la partitocracia): el fútbol. En todo el mundo, y en España en especial, el fútbol es más que un deporte, pues ha alcanzado ese terreno sacrosanto e inatacable de lo religioso. No sólo entretiene, sino que dirige las ambiciones y deseos de una gran parte de la nuestra población, más preocupada por la clasificación de La Liga que por los datos macro o microeconómicos de nuestra enferma sociedad. El fútbol ha vivido en una evidente burbuja fiscal, pero también ha sido nuestro opio adormecedor, sobre todo desde que las selecciones ganan títulos, premio de consolación para las alienaciones habituales de nuestro día a día. Para colmo, la Crisis no sólo no ha hecho retroceder este fenómeno, sino que lo ha ampliado, pues ha servido como válvula de escape a los problemas más cercanos a la ciudadanía.
Hace una semana, la Unión Europea avisó a nuestro país de serias deficiencias en nuestro fútbol, con respecto a la infracción de normativas comunitarias. Se centran en cuatro clubs que no se convirtieron en su día en Sociedades Anónimas (Madrid, Barça, Bilbao y Osasuna), y otros dos (Elche y Hércules) a los que ha ayudado descaradamente el gobierno de la Comunidad valenciana. El Madrid se enfrenta a un expediente relacionado con operaciones urbanísticas facilitadas por el ayuntamiento de la capital (1998), que permitió enriquecerse al club blanco (gracias a unos terrenos cedidos por 421 mil euros, y luego vendidos por 22'7). El Bilbao se encuentra en una situación parecida, a cuenta del nuevo San Mamés.
Pero es que el problema va más lejos, alcanzando a toda la primera división, que en bloque adeuda cantidades muy elevadas a Hacienda, además de retrasos importantes en las cotizaciones de la Seguridad Social. No hace falta recordar que en otros ámbitos, las empresas que incurren en estas anomalías son rápidamente sancionadas o incluso intervenidas. El fútbol, en cambio, se mueve en base a otras reglas. Lo que encontraríamos si de verdad se hiciera una inspección a fondo en este mundillo... Los políticos miman este deporte (ven en el hincha fanatizado el modelo de su votante ideal), y además aquello que es capaz de hacer la masa por el fútbol no lo realiza por la democracia o la libertad. El fútbol es la coartada de nuestros días, el velo que encubre toda la mugre posible bajo la promesa de un golito que nos anime el miserable día.

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