EL DARWIN DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Si en
el siglo XX se ha
multiplicado la especialización
en el mundo del
conocimiento, por
contra también
han florecido los intelectuales multidisciplinares. Pensadores
como George Steiner, Gregory Bateson o
el mismo René Girard, que articuló una obra de gran fuerza y
profundidad a partir de diversos mimbres: literatura, filosofía,
antropología, teología, psicología, sociología. Se
atrevió con todo, ¡incluso llegó a consagrarle
una obra a Clausewitz!, el militar prusiano tan citado pero apenas
leído. Se le ha conocido como
“el Darwin de las
ciencias sociales”
(Serres)
porque
consiguió
desvelar las capas más profundas de la esencia humana mediante una
idea que explicita nuestra evolución cultural. Sus ambiciones
parecían de otra época: una tesis totalizadora que nos ofreciera el
máximo de respuestas posibles.
Nació
en Aviñón el
día de Navidad de 1923.
Tras
la Segunda Guerra Mundial
se trasladó a los EEUU,
donde desarrolló
su carrera docente en
diversas universidades,
retirándose
en 1995 como profesor de Stanford.
En
gran parte desligado de los
cenáculos intelectuales de Francia,
escribió
casi toda su obra en su
lengua materna, y
hace
10 años fue nombrado miembro de la Academia francesa.
Debutó
en
1961 con
Mentira
romántica y verdad novelesca,
donde
plantea
la cuestión motora
de su pensamiento: el
deseo mimético. Redefiniendo
a Kojève y Freud, y
estimulado por la obra de Cervantes o
Proust, disecciona
el
deseo triangular
(sujeto-objeto-modelo) que
destruye
las quimeras románticas del desear ingenuo que
busca siempre un fantasma: autonomía, invulnerabilidad. No
deseamos algo por su valía intrínseca sino por el prestigio que
le confieren aquellos que lo
poseen,
y
a los que secretamente
imitamos. Se
da
la ambivalencia de que nuestros modelos más apreciados se acaban
convirtiendo en lo más odiado, porque se transforman
en nuestros rivales. Las
tensiones cruzadas que genera en la sociedad esa fuerza mimética
(todos
contra todos)
ponen
en marcha dispositivos de drenaje como el chivo expiatorio (todos
contra uno),
un individuo o colectivo que permite, siendo primero
demonizado
y después
eliminado,
la vuelta a la unanimidad grupal y
al orden cultural.
Al
final del ciclo mimético sacrificial vuelve a reaparecer la
ambivalencia porque, al ver las ventajas que ofrece su exclusión, lo
odiado acaba
siendo divinizado. Esto sobre todo sucedía
en
las sociedades antiguas, pero gran parte de ese esquema inconsciente
sigue presente en nuestras vidas en pleno siglo XXI.
Convertido
al catolicismo en
los años
50,
en
La
Violencia
y
lo
sagrado
(1972) da
el salto de la literatura a la antropología.
Se
trata de su texto más filosófico, y
en él
ocupa un lugar importante la tragedia griega, desvelando
aspectos de sus principales obras
que
permanecían veladas.
En 1978
llegó su obra más estructurada, El
misterio de nuestro mundo,
donde
mostró
claramente su vinculación intelectual con el cristianismo.
Ahí
fue
desgranando uno a uno los temas principales de su teoría, incidiendo
en una original
exégesis bíblica que evidencia la
poderosa línea hermenéutica de defensa de las víctimas de
la cultura
judeocristiana.
Asentados
los principios de su obra, Girard cultivó
una ferviente
apologética
católica,
con
La
ruta antigua de los hombres perversos (1985),
Veo
a Satán caer como el relámpago (1999)
o
Aquel
por el que llega el escándalo
(2002),
en las
que plantea sin ambages el “triunfo
de la cruz”
contra las modernas operaciones sacrificiales y encubridoras de los
sistemas míticos.
Su
eco
en España ha
sido
extraño
pues, a pesar de que la mayoría de su obra está
traducida al castellano, su recepción ha sido tímida. Le
dediqué mi tesis Hacia
una fenomenología del desarraigo (2012)
Falleció
este
miércoles en
California
a los 91 años.
2 comentarios:
Buenas, amigo Horrach, he dado con su blog a raíz del obituario de René Girard en El Mundo y, como quiera que sea que tengo una buena formación en la fenomenología posthusserliana y la filosofía existencial, me ha despertado un gran interés su tesis, que parece alejarse, según su título, del prisma desde el que se suele tratar el pensamiento girardiano. Me pregunto, entonces, si se encuentra accesible en algún repositorio o si ha sido publicada.
Saludos,
H.R.
Muchas gracias por su interés. De momento, la tesis no ha sido publicada. Pero le puedo facilitar una copia en pdf, si le interesa. Si es así, escríbame al correo que aparece en mi perfil del blog.
un saludo
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