lunes, 28 de diciembre de 2015

ZUGZWANG

(artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

En ajedrez, la jugada llamada zugzwang es aquella en que, obligado a mover pieza, cualquier cambio de posición conduce a la derrota. Juan Bonilla le dedicó una interesante novela, Cansados de estar muertos, a este principio agonístico que reduce la tesitura al fracaso o la aniquilación. La herencia de ZP ha dejado al PSOE en absoluto y fúnebre estado de zugzwang: cualquier decisión le perjudica. España también está en esa posición. No a un nivel puramente teórico porque hay salidas, pero en la práctica, y teniendo en cuenta el panorama y el ADN de los protagonistas políticos, el asunto pinta mal.
En cuanto a las elecciones, a primera vista se podría decir que Podemos sacó un buen resultado y C's no. Pero eso sería engañoso. Primero, porque Iglesias sólo controla 49 diputados (él sí que es un Líder, no como ese Snchz que “manda poco” en su partido. Lo del asamblearismo de los círculos está ya más tieso que los huesos de Ramón Llull): los 42 de su lista más 7 de Podemos que se presentaban integrados en las tres Mareas.
Además, Podemos tiene el handicap de ir contrarreloj: sabe que éste es su momento, que la épica del voto del cabreo no puede prolongarse indefinidamente. De ahí que quiera forzar la repetición de las elecciones, pues su proyecto, víctima del decaimiento natural del énfasis emotivo y también del conflicto inevitable al que conducirán sus contradicciones internas, tiene las de perder a medio y largo plazo. 2017 sería demasiado tarde para ellos, por eso es muy probable que prefieran ir a una 'segunda vuelta' electoral esta primavera.
A mucha gente le ha sorprendido la frustración del podemismo tras las elecciones, y eso sucede porque no entienden el citado apremio de su tempo. La decepción se ha traducido en puro delirio en ciertos antros de internet, donde votantes morados, incluso conocidos plumíferos, se mostraban tan contrariados con el sentido bipartidista del sufragio de los mayores de 65 años que algunos incluso exigían un final prematuro para nuestros viejos, al estilo de La balada de Narayama...
Por su parte, C's no cuenta con esa presión del tiempo. Al contrario, su proyecto debería precisamente ir a más a partir del rodaje. Tras el gatillazo del 20D, su precipitado crecimiento debería entrar en una fase más serena de estructuración y trabajo. Con la exigencia de que haga autocrítica y tenga sentido de Estado antes que un interés puramente partidista. Al menos lo segundo ya lo está mostrando.

lunes, 14 de diciembre de 2015

EL DÍA DE LA CIUDADANÍA


(artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

No se vengan arriba, a la campaña electoral no le quedan sólo 5 días, ¡esto es eterno! Si en la Era del Espectáculo Continuo los políticos se han convertido en sus nuevos sacerdotes, con esa manía de supuesta infalibilidad que les caracteriza y vampirizando cada rincón de nuestro país, ya en campaña electoral alcanzamos el súmmum, una melopea alucinatoria que cortocircuita cualquier tipo de sentimiento humano de empatía.
Luego está su paternalismo, sobre todo entre partitocracia corrupta/inepta y pensamiento mágico (Podemos y nacionalistas), ese implícito “Sin nosotros, no sois nada”. Aunque alguno va un paso más adelante en explicitud y testosterona, con el “No os pongáis nerviosos” que por tono e insistencia parecía pronunciado por Tony Soprano. Al final todo esto es una especie de Gran Hermano que nos entretiene y abochorna a partes iguales.
Dice mi colega Enric González que “somos un pueblo que pasa página antes de leerla, y luego se inventa el texto”, y Podemos está resultando el mejor exponente de ello, con su líder reinventando a Kant, Newton, Churchill, auditoras, referendos andaluces, Transición y lo que se tercie. Consecuentes con su fijación proyectiva, acusan a los demás de aquello que les aqueja: cambiar de propuestas para adaptarse al votante medio. Recordemos lo que defendían en las europeas para calibrar así su programa oculto, sus verdaderas ideas. Para llegar al centro se han travestido de socialdemócratas y centristas, cuando si algo han odiado Iglesias y Monedero, y hay muchas referencias en Google que lo atestiguan, es la socialdemocracia, acusada sectariamente de cohabitar con el capitalismo. Sería sonrojante que obtuviera un buen resultado teniendo en cuenta que sus hermanos argentinos y venezolanos acaban de ser vapuleados en las urnas tras una larga y calamitosa gestión de sus enloquecidos líderes.
Por otra parte, y siendo objeto diario de múltiples ataques a cual más tendencioso e insolvente, Ciudadanos se ha afianzado como lo más parecido que tenemos en España al modelo nórdico: una socialdemocracia con elementos liberales razonables, un regeneracionismo sensato y bastante riguroso. Con la valentía añadida de optar por medidas necesarias pero silenciadas, cuando no vapuleadas desde la histeria, como la fusión de municipios, el fin de los Conciertos económicos, regresar al huso de Greenwich, el contrato único o eliminar la discriminación que padece el hombre en los casos de violencia doméstica. No sé si es como para ilusionarse, porque considero que es mejor que la política no enfervorice demasiado, cual cainita religión civil, pero al menos parece lo más consistente del panorama.

lunes, 7 de diciembre de 2015

CONFORT DE ZONA ZERO


(artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

La semana pasada un compañero de pretéritas fatigas magenta y eternas tareas filosoferas, Miguel Ángel Quintana Paz, viajó a Bruselas para asistir a la proyección de Gente que vive fuera, el ineludible documental del movimiento cívico Libres e Iguales que retrata el exilio de Cataluña de Boadella, Azúa y Jiménez Losantos, mi querido Fede El Empalador, defensor de virginales ciudadanos canonizables como Rodrigo Rato e implacable perseguidor de repulsivas amenazas públicas como un servidor.
En fin, el caso es que Quintana se alojó en un hotel ¡de Moleenbek! Ya sabemos que ese barrio belga es el epicentro del yihadismo que se ha encaprichado últimamente con Francia. Ante la noticia de su llegada a Moleenbek automáticamente uno podría preocuparse por verle expuesto en una zona de peligro. Es una reacción natural, instintiva, pero sobre todo errónea, porque donde viven los terroristas suele ser un lugar tranquilo. Ellos atentan fuera de casa, siguiendo el dicho castizo, y soez, “donde se come no se caga”. El mayor peligro potencial para Quintana era tropezarse con uno de esos tipos rezando agachado en plena calle, pero poco más.
También relacionado con lugares intimidantes, aunque en este caso no por residencia de los psicópatas de turno sino por ser donde perpetran sus crímenes o incluso donde acaecen simples accidentes, resulta que tras la catástrofe suelen ser muy seguros. Después del naufragio del Costa Concordia del capitán Schettino, los precios de los cruceros cayeron en picado a la vez que aumentaba la seguridad. Idéntica situación se produjo con el accidente de Spanair en Barajas, tras el que se convirtió en la línea más barata y fiable del mercado... pero nadie se subía a sus aviones ni a los cruceros.
Cuando en Mallorca se produjeron los últimos atentados de ETA, verano de 2009, uno de los lugares donde se puso una bomba fue un bar de las afueras de Palma, en el Portixol. No era yo precisamente asiduo del local, algo pijo para mi gusto, pero desde ese día fui mucho durante unos meses. Y no tanto por solidaridad como por seguridad. El explosivo se puso en los baños, y siempre he tenido claro que los de la limpieza revisarían desde ese día el recinto hasta el último rincón. Tampoco ETA tenía la manía de reiterar los atentados en el mismo sitio, sobre todo a corto y medio plazo. Por tanto, durante un tiempo ese bar fue el lugar más seguro de Mallorca. Pero no había apenas clientes. Sólo el Johannes y algún rehén-amigo.
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