lunes, 14 de marzo de 2016

LA TIRANÍA DE LA DOXA


 (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

Hace unos meses me referí a la filodoxia, término utilizado por Kant en su Crítica de la razón pura que vendría a significar la acrítica inclinación hacia la doxa, es decir, la opinión o creencia. A la doxa Platón contraponía la episteme, el conocimiento objetivo y riguroso.
Uno de los problemas más desquiciantes del mundo digital es comprobar como unas posibilidades infinitas se reducen a la mediocridad inmediata y trivial. Tenemos a mano filones enormes de conocimiento que vamos orillando en beneficio de banalidades matarratos. Más grave es cuando esa querencia por lo superfluo incide de lleno en el periodismo y genera un eco confuso en la sociedad civil. Y en muchas ocasiones el desconocimiento se manifiesta en actitudes dogmáticas: cuanto menos se sabe de algo, más se pontifica.
Casi todo está a tiro de click. Pero hay que currárselo un poco, dado que la prensa no acostumbra a cumplir su prioritaria obligación informativa. Instalada en el modo circense, prefiere entretener. Así hemos llegado a instalarnos paradójicamente en una percepción indocumentada de la realidad en plena Era de la Información.
Creemos fervientemente que cada día hay más violencia en nuestras calles, cuando sucede exactamente lo contrario. Pensamos que apenas quedan zonas verdes, cuando sólo en Baleares éstas se han multiplicado en los últimos tiempos. Un sector numeroso estaba convencido del “expolio fiscal” a Cataluña, hasta que Ángel de la Fuente demostró con todos los datos posibles que eso no es así en absoluto. Cada día hay más críticas a la medicina científica, cuando nunca ha sido más eficiente, permitiendo un aumento increíble de la esperanza de vida en todo el mundo occidental.
El último caso de percepción transfigurada lo hemos vivido esta semana, con motivo del Día de la Mujer Trabajadora. Llevamos mucho tiempo escuchando que la mujer cobra menos que el hombre por el mismo trabajo. Incluso Snchz daba en la campaña electoral el falso dato del 30% de distorsión en favor de los hombres, y Metroscopia ha realizado una encuesta en la que el 80% de los españoles cree esta afirmación a pies juntillas. Pero luego resulta que las cosas no están tan claras.
Como demostraba el martes Carlos Sánchez en El Confidencial, cuando se analizan con detalle los datos vemos que si hay brecha de género no es en lo salarial, pues se cobra básicamente igual por el mismo trabajo, sino en lo laboral, y ahí inciden muchos factores no siempre coercitivos. Sin embargo, seguimos comulgando devotamente con esa escopeta de feria llamada doxa.

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