lunes, 7 de noviembre de 2016

EPÍSTOLA A LOS BALEARENSES



Queridos hermanos, bienaventurados seáis. Os habla vuestra amada lideresa, na Francina. Atended. Corren malos tiempos para la bendita Coherencia. Sed fuertes, no sucumbáis a las asechanzas del Belcebú conservador. Como dice Pedro 2, 14: “El Ibex te tentará mil veces, pero si dices ‘no es no’ tu alma saldrá pura del trance”.
Aquí tenéis el Santo Presupuesto: tomad y bebed todos de él. No hay subida de impuestos, sino un ligero aumento de la presión fiscal, sólo a los filisteos del mercadeo. Hay que alimentar a las tropas de la OCB, centinelas de nuestra dignidad y espíritu científico. Sube la deuda, pero Dios proveerá. No somos los primeros, más bien casi los últimos, en pagar a proveedores, pero, ¿no es cierto que los últimos serán los primeros? Además, la espera es hija de un gozo superior, y así no cunde la concupiscencia monetaria en nuestros impacientes acreedores.
En verdad os digo que me encontré el viernes en Barcinosis con el condiscípulo Iceta y otros apóstoles del Noísmo. Aunque nuestra coherencia no coseche votos, sino todo lo contrario, hay que reconocer que en pleno 2016, ya cerca de la parusía, valoraciones cuantitativas de las urnas deben superarse en favor de una sana teoría del valor añadido. Y el que yo promuevo es un voto de calidad, coqueto, minoritario. Estoy muy lejos del electoralismo barato de esa derecha que ya no sabe qué hacer para confundirnos.
El sábado estuve en el cementerio de Porreris, homenajeando a los caídos por la justicia, la libertad y la democracia. Nunca olvidemos los crímenes de ese franquismo que en realidad sigue entre nosotros para liquidarnos. Conservemos la memoria de los vencidos. El mismo día detenían en Francia al jefe de ETA, pero hay que decir, queridos hermanos, que la vía policial es un error. Debemos ser compasivos y no odiar. No se han resuelto 300 asesinatos de la banda, pero ese es el precio que hay que pagar por la paz. Ni vencedores ni vencidos.
También os digo que en el ágora de Hispania debe haber libertad de voto. No dudéis que en Balearia también la hay, pues si todos siguen el camino que les señala mi infalible dedo es porque se trata de la mejor opción. Puede que os esté confundiendo, pero mi clarividencia no es de este mundo y sopla donde quiere.
Finalmente, alejad de vuestras vidas los estériles galimatías. Por eso mejor que Sa Nostra no sea cosa vuestra sino mía. Dejadme con esta carga, apuraré este cáliz en privado. Os ahorraré molestias, será mi humilde sacrificio.
Siempre os tengo presentes en mis oraciones. En nombre de Francina, del Pacte y de la Coherencia. Amén. Podéis ir en paz.

 (disección publicada hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

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